¿Cuál es la cosa que con más celo guardan de todas sus pertenencias, prendas personales, o de vestir?
Desde luego no incluyan aquí las joyas de “supuesto valor”, como el oro, piedras preciosas...
Si han contestado que es la ropa interior, piensen en cual es la más reservada. Aunque los tiempos han cambiado demasiado, todavía no andamos en ropa interior o íntima en la calle, hay mucha desnudez pero no llegamos a tanto. Sí, si, lo sé, hay sus excepciones, ja, ja, pero mayoría es aplastante.
Sabemos que nuestra apariencia externa dice mucho de nosotros, de lo interno, nuestros gustos al vestir nos definen y delatan, pero hay prendas muy intimas y a las que quizás no le prestamos nada de atención, como son el desodorante y el cepillo dental.
Ahora son ustedes los que se hacen esta pregunta ¿Pero esa señora perdió el juicio? Bueno para su información nunca lo tuve, recién ahora es que he cogido algo de eso. No quiero ni imaginarme la pregunta que le sigue, ja, ja.
Pero sí amigos, el cepillo dental dice mucho de nosotros, más de lo que piensan, la manera de cepillarte (lo cual se refleja en el estado de tu cepillo a las dos semanas) habla de tu interior. Si el cepillo es de buena calidad, según los odontólogos cambiarlo cada tres meses está bien, siempre que lo mantengamos en buen estado físico e higiénico.
¿Al levantarte, te cepillas con suavidad, con calma, con el tiempo necesario y el deseo de guardar una buena higiene bucal? ¿Disfrutas de la limpieza de tus dientes y saboreas tu despertar?
O por el contrario
¿Te cepillas deprisa (estás contra el reloj), con rabia o con violencia muerdes el cepillo, te descargas con él, como si el cepillo tuviera la culpa de tus males?
¿Estás tan sumido en tus pensamientos, el tener que levantarte temprano para ir a trabajar en algo que te disgusta, el tener que dormir con esa persona que ha tronchado tu vida, o el lidiar con tu soledad, con los problemas económicos, etc.?
Si eres de los que antes del mes ya el cepillo está de cambiar, porque no se sabe si limpiaste el abanico encendido con él, ya que las cerdas andan cada una por su lado, créeme que no debe ser lo normal que le apliques tanta fuerza al cepillado, algo no anda bien.
¿Siempre eres tan duro contigo...?
También puedes guardar mucha rabia interior, por dejarte subyugar quien sabe desde cuando.
Este es un tipo de lenguaje que se nos escapa a diario, descífralo y pon atención a lo que te dice. Tú y solo tú, eres el autor y el responsable de tu vida. Pueden ser muchos los argumentos, pero hay una sola realidad..., revisa y contéstate con sinceridad.
Expongo este otro caso, si somos descuidados con nuestras prendas más íntimas, porque creemos que solo nosotros la vemos, y por fuera andamos como un percal y muy perfumados, también dice mucho de nuestra personalidad, somos de los que viven para el qué dirán, vivimos de las apariencias. O se es limpio o no, nada de medias tintas.
Por cierto vi en la web, aunque no abrí la página, que dependiendo de que parte del cuerpo te estriegues primero al bañarte, eso describe tu personalidad, algo así era. !Que les parece! de que somos una caja de sorpresa, lo somos, cada quien con lo suyo.
Eso me recuerda que el jabón es de uso personal y su fragancia habla de nuestras preferencias, al igual que los perfumes, los colores, las modas etc., y definen en parte la personalidad. ¿Cómo lo prefieres, de olor fuerte o suave?
La preferencia nos revela si nos gusta llamar la atención con olores fuertes, o hacernos un recordatorio con ese olor tan indiscreto. Y si es todo lo contrario, preferimos pasar desapercibidos, ambas son características propias de nuestra personalidad y tienen su fundamento en alguna situación vivida anteriormente.
¿No les pasa que una fragancia determinada les trae recuerdos de antaño? Vaya usted a saber cual es el botón que se enciende en nuestro cerebro, pero ahí se guarda ese olor.
Otra cosa que también es de uso personal, es el vehículo que tengamos a cargo, sea nuestro o asignado. De nada vale lavarlo por fuera semanalmente, si dentro tenemos una montaña de cosas tiradas en los asientos y polvo acumulado en las alfombras y otras dependencias. Si nos descuidamos en su organización y limpieza interior, es muy probable que así seamos de desorganizados y tirados.
Tomen nota de eso, que tampoco es válido tenerlo bien organizado en los asientos y el baúl casi impenetrable, porque solo tú lo usas y lo ves. El orden empieza en lo interno y sale a relucir por sí solo, al igual que el desorden.
Nada de vivir de las apariencias y convertirnos internamente en un vertedero. Las energías deben fluir limpia y organizadamente en donde nos movamos y en todo lo que hagamos y tengamos a nuestro cargo, de dentro hacia a fuera, de lo contrario las bloqueamos y nos estancamos.
Por ultimo, y no menos íntimo, tu hogar, el lugar donde vives, descansas y sueñas... ¿Que hay con él, como lo mantienes? ¿Le das amor y calor, y te mimas en él?
Es cierto que no siempre lo podemos tener totalmente limpio y organizado, pero en general, sí deben estar las cosas en un lugar determinado, no tiradas donde más rápido encuentres, ni metidas a fuerza en un closet de poco uso, que el día que lo abres, todo se viene abajo. Ese hogar es nuestro edén, o paraíso terrenal, no hay ningún otro, así que cuidemos de él tanto como de nosotros.
Hay tantas cosas que influyen diariamente en el desenvolvimiento de nuestra vida, y que no les prestamos la más mínima atención, que daría para hacer un monográfico. ¿O quizás dos?
Como pueden ver, así como todo esto, hay muchas otras cosas más que hablan de nuestro estado emocional, y de como andamos internamente.
Y solo he hablado de cosas exteriores y materiales, que muchos catalogarían de poca monta, pero de que revelan cosas importantes no me caben dudas, lo hacen, nos desnudan por así decirlo. Imagínense si nos adentramos en el interior de nuestras cavilaciones, dubitaciones, emociones, reacciones, frustraciones, y un millón de “iones”, ja, ja. Sería “La historia sin fin”, de Bastian y Atreyu.
¿Qué de qué va esto?
Pues ya vieron, nada que no sepan, externo, interno...
Las musas tenían ganas de fastidiar, a veces cuando me susurran y no les hago caso, son insoportables, se vuelven impertinentes y odiosas. Así que perdonen mi atrevimiento.
Espero que en realidad les sea de provecho esta entrada indiscreta y ellas (las musas), se den por satisfechas.
Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.
Harolina me ha encantado ese tono de humor que has imprimido en tan interesante reflexión. Es verdad que no prestamos atención a esas cosas que son tan cotidianas y que dicen mucho sobre nosotros, sobre nuestro estado emocional y nuestra personalidad. Me ha hecho mucha gracia lo que apuntas sobre el cepillo de dientes jajaj, me identifico con ese modo que nuestro aseo dental. Hace un tiempo que me di cuenta la cepillarme los dientes del modo tan brusco con que lo hacía y me dije que en vez de limpiar mis dientes parecía que estaba manteniendo una pelea con mi pobre dentadura, a partir de ahí, la cuido con amor y cuidado ya que es parte de mí. Es una pequeña anécdota que he querido compartirla aquí y corroborar el mensaje que nos dejas en el texto. Son muchas las cosas que dicen mucho sobre nosotros sin ser conscientes de ello. Ahora mismo no se me corre cuál es mi pertenencia favorita o que guarde con celo. No tengo grandes cosas y la verdad es que me he ido deshaciendo de muchísimos objetos y prendas que ya no necesito en cada mudanza y llevo ya unas cuantas en poco tiempo jajaj así que mi equipaje ha ido disminuyendo considerablemente. Seguro que más tarde doy con ese objeto de valor ahora solo se me ocurre que mi mayor tesoro soy yo jajajaj
ResponderBorrarUn gran texto querida Harolina, bromas a parte, he disfrutado muchísimo con la lectura al mismo tiempo que me llevo cosas sobre las que pensar.
Un abrazo inmenso con todo mi cariño, Ser hermoso.
Feliz semana amiga querida.
Marina, muy agradecida por tu visita y comentario, además un agradecimiento especial por contarnos esa anecdota y como bien dices, corroborar lo expresado.
BorrarYo por el contrario, siempre he sido muy parsimoniosa con el cepillado, desde niña, era la riña con mis hermanos por demorar tanto el cepillado y ellos haciendo turno para el lavamanos, ya sabes antes era solo un baño para todos, ja, ja.
Me alegra que además de servir para la intorspección esta entrada, también haya sido de buen humor.
Me alegra que te estés despojando cada vez más de cargas poco necesarias, y que estés consciente de que eres tu joya mas valiosa.
Te dejo un fuerte abrazo y mis buenos deseos para el resto de la semana y el mes.
Creo que sí, querida Harolina, que tus musas estarán bien satisfechas y contentas... ¡y yo también! jajajaja. Es una entrada muy simpática pero que no deja de encerrar una reflexión importante y "seria".
ResponderBorrarSiempre he pensado que el entorno del que nos rodeamos está relacionado con nuestro estado interior, que es un reflejo del mismo. Tú lo has llevado más allá fijándote en muchos otros aspectos que sin duda "hablan" de nosotros, seamos conscientes o no. He ido contestando obedientemente todas tus preguntas y creo que he sacado buena nota. Eso o es que soy una obsesa del orden, la organización y el "todo en su sitio y un sitio para cada cosa" jajjaja.
Un placer "charlar" contigo, amiga. Qué bien me sienta siempre pasarme por tu casa :))
¡Un abrazo enorme!
Julia, que bueno es leer tu comentario y saber que te ha sacado sonrisas.
BorrarGracias por el contenido reflexivo que egregas, y te felicito por sacar buenas notas, ja, ja, sin dudas que ha sido un placer charlar contigo también querida amiga.
Otro enorme abrazo para ti.
Cuidado que a través del humor se pueden decir las cosas más serias de la vida ja, ja, ja. Supongo que sí, es decir que nuestro estado físico externo es el reflejo de un buen estado emocional y de una buena salud. Aunque todo ayuda a nuestro bienestar y el de los demás: ser higiénicos, pulcros y ordenados nos alinean bien con el mundo y las demás personas. Y desde luego un buen cepillado de dientes antes de irse a dormir -incluso tres veces al día- ahorraría mucho dinero en odontología. Y ellos lo saben ja, ja, ja.
ResponderBorrarUn fuerte abrazo Idalia.
Hola Miguel, tu siempre tan certero, y con tan buen humor también.
BorrarGracias por pasarte y dejar tus inconfundibles huellas.
Te envio otro abrazo y un fuerte apretón de manos.
Hola, Idalia.
ResponderBorrarCon esta reflexión tan cómica nos dejas un buen mensaje, :)
Lo que se muestra debe coincidir con el interior, en este caso, con lo que el ojo a primeras no percibe, pero está ahí.
También creo que para que todo marche correctamente, las cosas deben estar bien alienadas, conservadas, no importa de qué trate, pero si no hay cuidado, higiene en depende qué, algo no va bien. Te doy toda la razón.
Un beso, y feliz día.
Hola Irene, muchas gracias por pasarte y por las huellas, y las palabras que dejas impresas sobre esta reflexión, tan cómica, como bien la llamaste.
BorrarGracias por aportar más desde tu interesante óptica.
Te envio otro beso, y felices días.
Jo, Idalia. Leyéndote te reconozco que a veces me siento desnudo, totalmente identificado con los ejemplos que expones. Reconozco que apenas presto atención a mi ropa, y suelo ser bastante austero. Por las mañanas me levanto en plan zombie, cojo la ropa casi a oscuras, así me lavo los dientes y me peino y solo cuando he tomado un café empiezo a ser persona. Por no llevar, no uso ni reloj, ni móvil, ni pulseras... No sé si detrás de ello se esconde algo más, seguro que sí, aunque quizá todavía no tenga valor para afrontarlo.
ResponderBorrarVas a tener que dejarme un diván a mano, querida Idalia. Un abrazo!!
Hola David, Que jocoso es tu comentario, me alegra que lo hayan tomado así, aunque tambien los ponga a pensar un poquito.
BorrarPor lo que me dices, las prisas y el no darle mucha importancia a tu vestuario, no es que tengan que ver con problemas para resolver en el diván, mas bien pienso que se deben a que, o te involucras quizás en muchas cosas, o no puedes estar inactivo, y es ahí donde hay que hurgar, si es por no estar a solas contigo, por como dices, no estar listo para afrontar lo que puedas encontrar.
Date aunque sean dos días de inactividad y enciérrate contigo, estoy segura de que saldrás sorprendido al descubrir, que todo se debía a una falsa percepción de tí.
Cuando descubras lo bien que sabe estar a solas contigo, empezarás a soltar algunas cosas y a querer saborear más de ti.
Un placer tu visita y comentario David. También te envio un abrazo.
Hola amiga Idalia, qué bueno lo del cepillo, ni me lo había planteado, pero tienes toda la razón, al igual que el interior de las cosas, de los habitaculos, tan importante, claro que si. Muy buena reflexión. Gracias. Un beso
ResponderBorrarHola querida Emerencia, gracias por pasarte y regalarme unos minutos de tu valioso tiempo para dejar tus huellas.
BorrarEspero que sigan viento en popa esas obras, y todo marche bien.
Recibe un fuerte abrazo amiga.
Ambas caras: externo e interno, pertenecen a una misma moneda, por tanto, aunque las apariencias engañen, si somos buenos observadores y escuchamos la voz de nuestra conciencia, no será tan fácil caer en tales engaños.
ResponderBorrarOcurre con frecuencia, que nos hacemos los locos, y esto se suele interpretar equivocadamente, ya que nos consideran ingenuos al no responder a tales provocaciones, etc. pero en realidad, preferimos esa actitud a fomentar hostilidades innecesarias.
Nuestro cuerpo y nuestra mente, junto a las emociones, forman un todo indivisible, por consiguiente, si aprendemos a ser buenos observadores, enseguida captaremos a través de esas señales inequívocas del cuerpo, gestos, tono de voz, tics nerviosos, etc. que nuestro interlocutor o interlocutora descaradamente nos trata de decir una cosa, cuando en realidad, piensa y siente la contraria o no está muy seguro de ella.
Tanto los pensamientos como las emociones son energía y como tal, se manifiestan, aunque nos esforcemos por ser buenos mentirosos o incluso por decir medias verdades.
Estas rutinarias costumbres, que nos pones de ejemplo, querida amiga, efectivamente delatan, quien está detrás de ellas.
En mi caso, soy bastante ordenada y limpia, por lo que cuando uso mi cepillo, lo coloco dentro de un vaso con las cerdas hacia arriba, completamente enjuagado tras su uso y siempre en el mismo lado de mi armario de baño. En el momento en que descubro que no limpia bien o me molesta al cepillarme, pues ya tengo otro de repuesto.
Confieso que en este tema de la limpieza y el orden, es algo innato, pues siempre he sido así.
Me ha encantado, un día más, cooperar en este aprendizaje común y también quiero darte las gracias, amiga I. Harolina, por hacernos partícipes de tus estupendas ocurrencias y reflexiones.
Un abrazo enorme y que tu Luz nos siga acompañando.
Estrella muchas gracias por dejar estas reflexiones tan interesantes sobre el tema.
BorrarAl igual que tú pienso que traemos cosas de fábrica (como dicen), nadie nos las enseña, pero la generalidad de cosas las aprendemos, ya sea por imposición o por costumbre, de tanto verlas.
Me alegra tener tus huellas impresas tambien en esta entrada.
Otro abrazo para ti querida.
La crispación que nos rodea en el mundo laboral, en el entorno próximo es cierto que deja cicatrices en nuestro modo de vivir, y esas acciones cotidianas, imperceptibles a simple vista, son clarificadoras,... todos los ejemplos que has puesto son válidos para que sirvan de señal de alerta de que algo va mal.
ResponderBorrarBuen fin de semana!
Muchisimas gracias Norte, por la visita y la forma de hacer el comentario, condensando bien el mensaje.
BorrarQue también tenga un buen final del fin de semana.
Hola I.Harolina qué buena la reflexión que nos traes, ligándola con nuestros actos más cotidianos. La coherencia entre lo que mostramos y cómo somos se refleja constantemente y cuanto más equilibrio hay entre lo interno y lo externo mejor estamos.
ResponderBorrarSabios y sencillos consejos que nos han de ayudar a detenernos y aprender a observarnos, cómo somos, qué necesitamos, qué nos está pidiendo nuestro cuerpo y qué nos está diciendo, nuestro cuerpo y nuestra mente. Aprender a conocer, aprender a disfrutar, saber vivir.
Un abrazo y buen sábado
Hola Conxita, que bien lo expresas, resaltando la coherencia, ya que una cosa va ligada a la otra.
BorrarGracias por pasarte y dejar huellas.
Que tengas un domingo alegre y muy divertido. Abrazos.