Pero en sentido general felicidad es andar alegre y despierto por la vida, viviendo de lleno cada momento sin hacer dramas rememorando un pasado ya pasado y sin hacer crisis angustiosas por un futuro que no llega aún. Felicidad es simplemente estar presente en su vida, sentirla, palparla, saborearla, vivirla y disfrutarla tal cual llega, tanto en los buenos como en los malos ratos. En los buenos disfrutamos con risas y algarabías y en los malos con llanto y lamentaciones, pero disfrute al fin y al cabo, pues ¿Quien no disfruta llorar cuando esta triste y lamentarse cuando se ha equivocado o fracasado?, ese es el verdadero disfrute y la verdadera felicidad, no reprimir las emociones, sino dejarlas salir y ser.
La felicidad no está en ningún lugar, es un regalo que llevamos con nosotros siempre, solo que pocas veces lo abrimos, agradecemos y apreciamos. Así de rápido y fugaz como nos lleva la muerte, también se nos va la vida, en vacíos existenciales, en nada concreto. Somos fantasmas jugando a estar vivos, pero incluso los fantasmas poseen emociones y hacen lo posible por transmitírnoslas, así que, honremos el privilegio que es tener una vida a nuestra disposición para hacer lo que deseamos fervientemente, sin justificarnos, sin excusas ni reservas, sin demoras ni vacilaciones eternas, simplemente ¡Vivamos!
No sé a qué se deba que mayormente nos pasemos la vida buscando un norte, un eje que nos sirva de soporte o de referencia para girar y girar al igual que los astros celestiales y planetas giran en el mismo centro y lugar sin aparentemente avanzar, pero les diré que no necesitamos un norte ni un eje, ya que nosotros mismos somos el norte o el eje, de nosotros parte todo lo que hemos creado y existe y a nosotros regresa crecido y multiplicado.
Plantéate y proponte disfrutar ese viaje como de niño disfrutabas de tus juegos y golosinas y en tu adolescencia de tus vacaciones de verano. Disfruta de tu vigor y candidez en tu temprana juventud; de tus hijos y tu familia si la has creado, de tus momentos de satisfacción y plenitud en la madurez; de tu sabiduría, tus capacidades y tus limitaciones en la vejez y de tus recuerdos y emociones nuevas en la ancianidad, cuando vuelvas a ser niño otra vez.
Los exhorto a que sientan plenamente su vida y vívanla sin mendigar ni postergar la dicha de existir, de disfrutar cada momento como si fuera el único y el último.
Esta entrada fue publicada en el periódico El Caribe:
http://www.elcaribe.com.do/2017/03/25/correo-los-lectores
Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
VALORAMOS Y AGRADECEMOS TUS HUELLAS.