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viernes, 18 de septiembre de 2015

Las creencias

Existen tantos mundos como cerebros hay, no en vano el dicho que reza: “Cada cabeza es un mundo”.
Gracias a nuestro enorme poder de crear y al libre albedrio tenemos la facultad de crear tantos mundos como necesidades se nos presenten. Vivimos en un solo planeta pero configurado por millones de mundos diferentes y para la creación de esos mundos solo se necesita el poder de la imaginación. Lo pensamos, lo creamos. 

Cada cual tiene sus propias creencias, necesidades, deseos y metas y sus propios miedos y fantasmas a enfrentar y vencer, por lo que cada cual necesita armar su mundo a su medida para satisfacer su realización. Si desconocemos algo porque en nuestro mundo (el que creamos), no existe, ya que no hemos tenido la necesidad de crearlo, este algo no tiene ningún tipo de interés, poder o significado para nosotros. 


Un claro ejemplo los famosos amuletos o cualquier herramienta o material con supuestos poderes de ayuda o protección, aunque los usemos y los llevemos puesto todo el tiempo, si no los conocemos o creemos en su poder, no nos servirán de ayuda o protección, nada alejará ni evitará que las energías negativas nos toquen.
Ahora bien, si creemos en su poder, es seguro que las alejará, pero no por su poder en sí, sino más bien por el poder que le imprimimos con nuestra creencia y nuestras energías transmitidas y absorbidas por él mientras lo usamos, las cuales pueden perdurar o permanecer por un tiempo razonable, en el material usado (sea mineral, vegetal o animal) como ser vivo que es, de la misma forma en que creemos en el mítico uso de los anillos, medallones, etc.

Todo lo que posee vida o está hecho de materia viva, contiene un tipo de energía conocida como energía potencial, pero permanece estática, al provocar su movimiento se convierte en energía cinética. Es similar a un martillo, que es una herramienta fuerte y puede tanto ayudar como dañar, pero por sí solo, no tiene poder, tenemos que imprimirle nuestra fuerza y energías para que cumpla su cometido. Podemos andar con un martillo en la mano para intimidar ante cualquier ataque, las personas saben lo peligroso que puede ser un martillo cuando se usa y se alejan, pero el martillo por cuenta propia no hace nada por nosotros, si no lo que este representa. Pero si un agresor no conoce un martillo y no tiene idea del daño que puede provocar, no se intimidará al vernos con uno en la mano y tratará de atacarnos. Pienso que estas herramientas y todas las cosas trabajan igual, con el poder que les da el conocimiento y la Fe, o sea, a través de nuestras creencias.

De la misma manera en lo que creemos eso vemos, está registrado en nuestro subconsciente. Muchos de los que han tenido experiencias del más allá, personajes que nos merecen respeto y admiración, han visto por ejemplo a Jesús esperándoles para recibirlos, esta es una visión enraizada en las creencias, pues ningún budista se topará con Jesús recibiéndole, así como ningún cristiano se topará con Mahoma esperándole para darle la bienvenida y ningún islamista tendrá a Siddhartha (Buda) por anfitrión, cada quien verá lo que quiera ver, en lo que crea, así de sencillo. 



Por esta razón estos testimonios, muy valiosos para el que los experimenta y para las personas que viven en un mundo similar a este, carecen de sentido para los demás. Cada quien con lo suyo y cada cual con el mundo que ha creado y en el que cree ciegamente. Dioses o Maestros Ascendidos que surgieron en el mundo material por la necesidad de enfrentar y contrarrestar miedos, por la necesidad de guía y dirección, por la necesidad de controlar…, por las inseguridades del ser físico y emocional  y su desconexión total del ser espiritual y poderoso que es, de la esencia primigenia del ser y de su gran poder intrínseco y natural, que sin duda no necesita de falsas creencias, amuletos ni profetas para manifestarse, solamente del autoconocimiento interior para permitirle expresarse y fluir junto al universo y al planeta, en sintonía con la fuente y fuerza omnisciente, omnipotente y omnipresente de la creación.   

Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente. 

Esta entrada fue publicada en el periodico El Caribe:
http://www.elcaribe.com.do/2017/07/29/correo-los-lectores

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