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jueves, 30 de octubre de 2014

Cada quien con lo suyo

A la hora de darnos dones y gracia, Dios, o la energía y fuente de poder que nos mantiene conectados y en equilibrio, o el alma y espíritu de la vida o como le quieran llamar según su criterio personal, no tiene favoritos ni privilegiados, nos da a todos, tiene para cada uno un don especial para que lo aprovechemos al máximo. Que lo descubramos y lo sepamos aprovechar es nuestra decisión, nuestro libre albedrio. No importa quién seas, cuál sea tu oficio o profesión, cada cual tiene una habilidad y facilidad para hacer algo con naturalidad y gracia sin igual, a eso le llamamos Don. 


Así seas un pobre infeliz, un mediocre, un ladrón o asesino, una prostituta o proxeneta, un artista o poeta, un sinvergüenza o un padre ejemplar, un analfabeto, letrado o eminencia, cada uno tiene un Don especial, por eso muchas veces nos resulta difícil creer que tal o cual persona que tiene faltas graves de comportamiento y atenta contra la vida y la moral, sea capaz de componer una hermosa melodía o un poema, pintar un cuadro magistralmente, tocar un instrumento a la perfección o bailar, tener ternura para con los suyos, poseer gracia o poder de convencimiento, ser un artista, cura o profesor famoso, etc. 

Por eso es que pienso que no existe ni ha existido un ser humano completamente malo, algo bueno posee, y es ese Don concedido antes de su nacimiento para desarrollarlo y ponerlo a disposición de los demás, aunque no todos al descubrirlo llegamos a desarrollarlo, a sacarle provecho y ponerlo al servicio de los demás, muchos nos quedamos rezagados por falta de quien sabe qué tipo de motivación o fuerza de voluntad o bajo la influencia de qué tipo de sentimientos oscuros,  como por ejemplo el egoísmo y el rencor.



Así que antes de hacer juicios, debemos sopesar las causas y razones de muchas actitudes en la vida de los demás, cada cual tiene un difícil laberinto recorrido y otro más difícil por recorrer, que si nos tocara a nosotros, de seguro nuestra vida fuera muy diferente de la actual, por eso dejemos de hacer el papel de jueces, sin antes ponernos el par de zapatos que los demás usaron, así sabremos que tanto le apretaron e hirieron, cuanto sufrió con ese par de zapatos y por cuánto tiempo los uso y cuando caigamos extenuados y rendidos mucho antes de cumplirse el tiempo de ellos, confirmaremos que nadie recibe más de lo que puede soportar.

Haz tu parte y deja que cada quien haga la suya, iras más ligero sin llevar cargas ajenas, te ocuparas de llevar tu carga mas cómodamente y serás más sano y feliz. Esto no quiere decir que seas indolente ni indiferente, solo que metas la cuchara donde se te permita, no sin antes tener bien claro que el manjar no es tuyo, solo debes comer un poco, no comerte tu solo todo el plato, pues después de todo, no fuiste tú quien lo elaboro, ni lo solicito, así que tampoco debes ser tu quien lo digiera. Existe todo un menú de posibilidades y cada quien de acuerdo a sus actos elige el menú que más desea o le conviene y debe estar apto para digerirlo también, aunque tenga que ayudarse con digestivos y antiácidos debe responsabilizarse de su elección y resistir los malestares que esta le pueda ocasionar.




Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente. 

Esta entrada fue publicada en el periodico El Caribe:
http://www.elcaribe.com.do/2015/06/18/correo-los-lectores

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