Siempre ha sido
difícil ser la oveja negra del rebaño, te ven con malos ojos, en cambio ser el
caballo blanco de la manada aunque es igual de difícil o quizás más, te da
realce y produce admiración, supongo que la comparación tiene que ver con el
racismo, que en este se fundamenta el desprecio a la oveja negra y la
admiración al caballo blanco, pues si en el caso del caballo fuera lo
contrario, todos los caballos fueran blancos y hubiera uno negro, también fuera
visto como dañando la manada, así que queda claro que el racismo es la causa
del sentimiento negativo hacia lo negro o a favor de lo blanco, pero si nos
olvidamos de este, en ambos casos la idea central es marcar la diferencia y
salirse del montón.
En cada etapa de
nuestra vida tenemos al menos una oportunidad de marcar la diferencia, para
bien o para mal. Dependiendo de nuestra formación y personalidad, tomaremos un
camino, el cual nos dará esa ocasión de ser diferentes, no porque se nos
antoje, sino por necesidad, sentiremos ese llamado interior de crear un camino
o de cambiar de rumbo para defender nuestros principios morales, ideológicos o
sociales y para cumplir un rol de nuestra arraigada individualidad y estar en
paz con nosotros mismos y así fluir con amor y felicidad.
Aunque parezca
ilógico, la mayoría no tiene el coraje de hacerlo, de tomar un nuevo camino, es
más fácil o menos arriesgado tomar el camino que ya recorrieron nuestros
ancestros y nuestros padres o el que transitan comúnmente otros, sin importar
lo infelices que esta actitud nos haga. Además, así no somos víctimas del
desprecio y la crítica de los demás, que se acentúa mas en estos tiempos ultra
modernos si no nos dejamos llevar por la corriente y somos más de lo mismo, por
lo que se hace más difícil marcar la diferencia o salirse del montón, pues sufres
un aislamiento que tienes que sopesarlo bien antes de tomar una decisión, pues
cualquiera que sea tu elección te producirá pesar.
Aun así, debemos
optar por tomar el camino correcto, el que nos hace ser auténticos, el de ser
fotocopia te encierra dentro de un circulo vicioso del que difícilmente puedas
salir airoso, si es que puedes salir. Aunque te veas sometido a críticas
dolorosas, a periodos de incomprensión y soledad, aunque tengas que cambiar el
círculo de amigos, incluso apartarte de la familia para cumplir tu verdadero
rol, no dudes en hacerlo, si tienes la necesidad de renacer hazlo, no permitas
que el miedo, la soledad o la moda o corriente actual, que además siempre es
pasajera y mundana, te desvíe del camino de tu realización espiritual,
emocional y humana. Si sientes ese llamado y tienes que hacerlo no lo dudes
mas, no dejes que los demás influyan en tu elección o elijan por ti...
“Sal del
montón”
Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente.
Esta entrada fue publicada en el periódico El Caribe:
http://www.elcaribe.com.do/2014/08/23/correo-los-lectores
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