Algo que
todos o la gran mayoría quiere y busca es mejorar en todos los aspectos de su
vida. Aunque muchos, solo se enfocan en la mejoría económica y la apariencia
física, para conseguirla a veces es necesario mejorar otras áreas primero,
así que esto es una buena noticia, porque sin importar el enfoque, siempre que
mejoremos en algún renglón, es positivo.
Lo que sí debemos
de tener bien claro es, que como parámetro y punto de partida para observar
nuestra mejoría, solo podemos hacer comparaciones con nosotros mismo, el antes
y el ahora de nuestra personalidad y nuestra vida, el ayer y el hoy nuestro, de
nadie más, si es que queremos llegar a un feliz término, pues como dice el
poema anónimo Desiderata: “Si te comparas con los demás, puedes volverte vanidoso
o amargado, pues siempre habrá personas más grandes y más pequeñas que tu”.
Si te acomplejas por tus defectos los harás resaltar, muestra tus virtudes con tesón y humildad y las apreciarán (Harolina P.)
Los seres
humanos siempre adolecemos de establecer comparaciones, y es hasta lógico ya
que todo es relativo, en el caso que nos ocupa las comparaciones resultan
molestas y dañinas, incluso entre hermanos, porque aunque pertenecemos a una
misma especie, y como tal, somos morfológicamente hablando, iguales, en sentido
general nadie es igual a nadie, cada cual tiene diferentes características que
lo identifican, incluso los hermanos gemelos.
Sensatez: en los tiempos buenos y
de mucha abundancia
Esperanza:
en los tiempos malos y de mucha escasez
Perseverancia:
en los tiempos regulares o promedios, que suelen ser los más
A nivel
espiritual considero que no tenemos nada que mejorar, somos perfectos en ese
aspecto, es solo que por alguna razón en un determinado momento de nuestra
existencia, nos desconectamos de nuestra fuente divina y lo olvidamos, este
olvido hace que nos veamos llenos de imperfecciones, en este caso lo único que
debemos hacer es despertar, conectarnos nuevamente, al hacerlo recordaremos nuestra
perfección y actuaremos como tal.
Si logramos hacer
esa conexión con nuestra fuente de vida y despertamos, lo cual requiere
despojarnos de todo lo que creemos que somos (nuestro ego), dejamos el camino
libre para nuestro reconocimiento, y es seguro que la mejoría llegara
inmediatamente a nosotros.
Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente.
Esta entrada fue publicada en el periodico El Caribe:
http://www.elcaribe.com.do/2015/08/12/correo-los-lectores
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