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miércoles, 31 de enero de 2024

Cambiemos de papel...

Hace unos días me topé con esta frase de Rabindranath Tagore, dice lo siguiente:

“Qué pequeña eres brizna de hierba. Sí, pero tengo toda la Tierra a mis pies”.

Es una frase que nos pone a reflexionar a fondo, por un lado, en la grandeza de tener lo necesario y mucho más, y por otro, en la responsabilidad de cuidarlo como muestra de agradecimiento, respeto y condescendencia. 


 
fotografía de Brian Kravitz, tomada de su página web.


La frase también nos lleva a pensar y cuestionar, al menos a mí... ¿quién está a los pies de quién?

¿Será cierto que la tierra está a nuestros pies y merced, o será lo contrario? 

¿La tierra nos pertenece o nosotros le pertenecemos a ella? 

¿Podemos hacer algo sin contar con su favor? ¿Puede ella hacer cosas sin contar con nosotros?

¿Nos necesita la tierra para vivir? ¿Se alimenta de nosotros? ¿La necesitamos nosotros para hacerlo? ¿Nos alimentamos de ella?

¿Es la tierra 100% autónoma y libre de hacer lo que quiera?

¿Lo somos nosotros? ¿Quién está a expensas de quién?

¿Hasta cuándo la tierra soportará nuestros abusos y torturas?


En este contexto claramente veremos las respuestas, ojalá valoráramos lo que gratuitamente teníamos y por ambición, empezamos a cobrar y pagar por ello. 

Les invito a hacer el siguiente ejercicio de visualización.


Imaginen que la tierra fueran partes segmentadas en pequeñitas porciones de vida y que el conglomerado humano fuera un todo, un enorme y gigantesco cuerpo humano del tamaño del planeta. 

Luego visualicen que esas pequeñas porciones de vida nos agujereen con todo tipo de perforaciones tal cual lo hacemos (nos martillen y golpeen con fuerza en la construcción de sus casas, industrias, etc.), que nos perforen hasta que hagan brotar la sangre de nuestro interior (como hacemos en busca del petróleo), que rompan nuestros huesos y se alimenten de nuestras entrañas (como cuando talamos los árboles, eliminamos los bosques y praderas, extraemos el material de los ríos, los minerales de las rocas y minas), que por ser abundantes dan la impresión de que no se agotarán, y que nos sigan torturando sin importarle, aún viendo cómo nos vamos desmejorando y entristeciendo. 

Además, imaginen que esas pequeñas porciones vivan peleando entre sí por ser dueños absolutos del gigante humano y causando más daño con su ambición desmedida... 




Si fueron capaces de hacer esa visualización sintiéndose parte de ese gigante humano al que estaban torturando sin piedad, de seguro que sintieron algún fuerte dolor, tristeza o llanto y hasta rabia interior por lo que nos estaban haciendo a nosotros... 
Si fue así, hagan una pequeña introspección y lleven esas generalidades a las pequeñeces que a diario hacemos y que de alguna manera causan daño también.

Entonces, pregúntense si de verdad lo estamos haciendo bien, si merece la pena ese calvario que estamos viviendo y haciendo vivir, porque en este teatro de la vida moderna, todos sufrimos por una cuota también. 

Alardeamos que descubrimos el fuego frotando dos piedras, pero la tierra lo produce por sí sola, arde por dentro del volcán, y con la sequía los bosques se encienden, pero se regeneran y renuevan pasado el tiempo. 
Los fenómenos naturales son su manera de podar, limpiar, sacudir y anular los excesos y las deficiencias, los malestares y las cargas pesadas que solo le restan vida y brillo. No la cuestionemos por eso, ella estuvo primero aquí y de seguro no contaba con nuestra invasión y exterminio.




La tierra y toda la naturaleza que la conforma es un ser tan vivo como el humano, que siente y padece, con derecho absoluto a deshacerse cuando lo desee de nosotros, porque nunca le hemos reportado ningún tipo de beneficio, sino todo lo contrario, daño, y a pesar de los pesares, todavía nos conserva aquí.
 
Generosa, amable y amistosa es ella, que se complace con ofrecernos un hermoso paraíso y vernos felices. 
Con un pequeño cambio de pensamiento y actitud, lograremos un gran cambio en el entorno que se reflejará en el mundo…


P.D. Esta entrega guarda relación con otras tantas que he escrito en el blog. Deseo con todo mi corazón que esta toque alguna fibra sensible de cada ser que la lea y comparta, en especial de aquellos que no consideran al planeta como un generoso ser vivo, dueño de si y de toda su vasta extensión. 


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

martes, 16 de enero de 2024

Aceptar y remediar

La vida nos mueve a emprender viajes de descubrimientos, unos pueden ser cortos y otros muy largos, en el camino vamos conociendo y aprendiendo del entorno, de las personas con las que nos cruzamos momentánea o temporalmente, de aquellas con las que convivimos por un buen tiempo, de nosotros mismos a través de nuestras aptitudes, de las reacciones y actitudes ante las cosas, y de los acontecimientos mundiales y el colectivo humano en general. 

En esos viajes que emprendemos casi vacíos, a diario nos vamos llenando y cargando emociones y sentimientos, fabricando las alegrías y tristezas que con el paso de los días, meses y años van tejiendo nuestro pasado, el cual se mantiene siempre latente en el presente, y nos persigue como la sombra que proyectamos, impidiendo que el futuro sea diferente. 


Año tras año vamos cargando las mismas penas y los mismos anhelos. Nos quejamos de la vida, del trabajo, los gobiernos, de la gente, la pareja, los hijos, de todo…, y anhelamos bienestar, riquezas, felicidad, amor y paz. 
Queremos cambios inmediatos, ya que la vida parece muy corta, pero mientras sigamos enarbolando la bandera del pasado, y viviendo bajo la influencia de lo sucedido, con actitudes perniciosas y egoístas, no conseguiremos ver cambios positivos en nosotros, ni en la sociedad global humana.

Permítanme convidaros a hacer este ejercicio mental de visualización…

Si cada cual hace de cuentas que el mundo solo lo conforma su entorno y el medio en que se desenvuelve, y reflexiona en cómo se comporta con los demás y con él mismo, se va a hacer consciente de cuál es su parte en el conflicto que generamos a nivel mundial. Como bien dicen, la regla debe empezar en la casa, pero la gran mayoría solo ve la paja en el ojo ajeno, y no hay un solo ser humano que no infiera una cuota de daño por sus actos, todos cargamos a cuestas con una piedra al menos, que arrojamos injustamente.

Es hora de aceptar nuestra cuota de permisividad, apoyo e indiferencia, y replantearnos hasta qué punto podemos revertir el mal causado. 
Pongamos un alto a ese tren imparable y demoledor del progreso, que se detiene en determinados lugares momentáneamente a dejar las ganancias económicas que son fruto de la opresión y esclavitud humana de gran parte de la sociedad mundial. 
No seamos cómplices de esa maquinaria consumista que últimamente deja más muerte y dolor a su paso, que beneficios colectivos. 

Si nos esforzamos de corazón por remediar cualquier daño causado y pedimos ese perdón consciente y verdadero, aún sea de forma silenciosa, es seguro que encontraremos alguna manera de enmendarlo, con alguien o con algo, y nos liberaremos de esa carga que nos impide avanzar y estar en paz interiormente, lo cual suma discordia al colectivo.



Después de haber pasado cuatro años de esa terrorista y nefasta pandemia, fuera creada o no, real o implementada por el miedo colectivo generado, definitivamente nos dio qué pensar, y aunque alejó a muchos por un miedo natural y egoísta a morir, también acercó, conmovió al mundo removiendo cimientes significativas el en corazón humano. 

No dejemos pasar esta oportunidad de reinventarnos, de dirigir nuestras fuerzas internas a un verdadero cambio de actitud, de integración y comprensión de vida… Mientras sigamos cargando culpas y rencores en nuestro interior, seguiremos viviendo con angustia y sufrimiento, por ende, creando conflictos.

El 2024 me parece que es un buen momento para cambiar todo esto, dejar de ser entes sumergidos en el egoísmo, la ambición y la indiferencia. Con esto no pretendo decir que permanezcamos lamentando las guerras y viendo todo el lado negativo de la vida, sino todo lo contrario, sabiendo que aún hay mucho dolor, guerras y hambre, pensar en su desaparición como algo factible y cercano, no como imposible o muy lejano. 
Lo que piensas con toda tu energía puesta en ello, lo creas y se convierte en una realidad palpable. 



Sembrando optimismo, perdonando y pidiendo perdón vamos disolviendo esos conflictos menores que a diario nutrimos en nuestros corazones (envidias, juicios a priori, desvalorización del prójimo, riñas, celos, maltrato, abusos de confianza y poder, etc.) y que son peccata minuta comparados con los grandes conflictos bélicos que están masacrando los pueblos, y con los que de alguna manera hemos contribuido, por formar parte de un mundo ambicioso que desea la comodidad y el progreso sin importar el precio que están pagando muchos por esto. 
     
Despertemos, la vida no es un juego de niños, tampoco de tontos ni borregos, usemos todo nuestro poder intrínseco de intuición y sabiduría para discernir y descubrir lo verdaderamente hermoso y valioso de esta existencia, que nada tiene que ver con dinero ni ambiciones materiales superfluas, esto se trata de algo infinitamente colosal, puramente gozoso, místico..., divinamente espectacular.    

Me despido con esta hermosa melodía y voz. Ángel, por Sarah McLachlan.



I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

martes, 9 de enero de 2024

Soliloquio

Sean bienvenidos a un glorioso año de respeto por los demás. 

¡Bendito seas 2024 con tu cargamento de amor y paz!

Y bueno, después del preámbulo de bienvenida que compartí inesperadamente casi el último día del año "Una bella danza", y que acepté como regalo de navidad de las musas, aquí estoy de nuevo participando en El Tintero de Oro que tiene una propuesta muy colorida para la construcción de un microrrelato.

Quiero reconocer públicamente que gracias a mi incursión en algunos retos literarios del Tintero de Oro, el blog se mantiene aún con vida a pesar de que late con lentitud, así que gracias a David Rubio Sánchez y al grupo que hoy está al frente de dicho blog, por la motivación que inspiran sus propuestas.




Les decía que el micro va de colores, y aunque en varias ocasiones ya lo he dicho, como viene al caso repito que mi color favorito es el azul, y le sigue el violeta, así que como era de esperar, mi micro va de azul, espero les agrade leerlo.

Soliloquio   249 palabras



Sé que soy preferido por la mayoría y los demás colores me envidian. Que culpa tengo que el cielo sea azul, y el mar, por su reflejo también lo sea. 

Dicen que los ojos más llamativos son de mi color, y que tengo doble presencia en el arcoíris, ya que hay dos tonalidades de azul en ese espectacular fenómeno, porque el índigo es azul, de esto no estoy convencido, pero supongo que tienen razón.
 
En lo espiritual se refieren al aura azul como la más fuerte y de más características positivas. ¡Ah! Y otra cosa que molesta mucho a los otros colores es que abundo poco en la naturaleza y cuando aparezco, acaparo toda la atención…

Me definiría como un pequeño oasis en medio del desierto, pero suena a fanfarronería, prefiero que me identifiquen como el color más virtuoso que hay.

No se confundan, dije VIRTUOSO, que para VISTOSO está el rojo.

Hablando de rojo ¿De dónde salió esta manchita en mi trasero? 




No lo puedo creer, todavía esta jovencita no acaba de contar bien los días de su regla, significa que cuando se entere me echará a la ropa sucia. ¡Me esperan unos estrujones dentro de esa lavadora! Como si no doliera… 

Si fuera negro ni se notara y me usaría muchas veces más.

Como dicen, no todo es color de rosa, cada uno tiene sus problemas que enfrentar.

Por muy azul que luzca el cielo, eso no asegura que las nubes grises y la lluvia no aparecerán.



P.D. El protagonista de la historia es el color azul, pero el vestido viene a ser un personaje principal también.
 
Puse en cursiva los colores que aparecen en el micro y usé el arcoíris como referencia a todos ellos y al cartel del reto.

¡Ah! Perdón, pero no pude evitar la tentación de colgar este video de Floricienta ¿La recuerdan? 



I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.