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viernes, 14 de enero de 2022

¿Vamos mejorando?

¿Qué tal les entró el nuevo año? Espero que la respuesta sea ¡Bien! Y con altas posibilidades de mejorarlo...

En mi entrada anterior inicié con una sabia frase, que hablaba de nuestra propia transformación como la clave para mejorar el mundo. Pero no una transformación física, como con insistencia se estila en la actualidad, sino una transformación espiritual, almica y mental, que nos ayudara a ser mejores personas.



Quiero dejarles estos cuestionamientos para que puedan evaluar que tan fructíferos han sido los cambios que a lo largo de su vida han hecho en pos de esa transformación como un legado y regalo al universo. 

Se trata de hacer un repaso mental y visualizarnos unos años atrás, vernos al espejo de la memoria y pasarnos esa película que hemos ido creando en cada paso dado. Adentrarnos en nosotros mismos y ver cómo era nuestro comportamiento antes (cómo pensábamos y actuábamos), cómo reaccionábamos ante los imprevistos y reveses de la vida. 
Qué tan condescendientes y solidarios éramos y cómo somos ahora, si seguimos igual, si somos peores, o si hemos mejorado en muchos aspectos de nuestra vida… 

Dependiendo de los roles que ya hemos representado y de nuestro andar por la vida, hemos ido adquiriendo etiquetas impuestas por la sociedad, en base a ellas van estos cuestionamientos…

¿Qué has aportado en tu vida como parte de la naturaleza?
¿Qué has aportado en tu vida como ente de la sociedad?
¿Qué has aportado en tu vida como creador de ideas?
¿Qué has aportado en tu vida como aventurero y osado? 
¿Qué has aportado en tu vida con generosidad, como legado beneficioso para el mundo?

¿Cuánto has mejorado en tu vida como ser humano?
¿Cuánto has mejorado en tu vida como ente natural?
¿Cuánto has mejorado en tu vida como padre/ madre?
¿Cuánto has mejorado en tu vida como hijo?
¿Cuánto has mejorado en tu vida como hermano?
¿Cuánto has mejorado en tu vida como colaborador social?
¿Cuánto has mejorado en tu vida como pacificador?

Y dependiendo de las funciones que realicen, o los puntos que quieren cambiar y mejorar, y que como tal los han estado trabajando, pregúntense 
¿Cuánto han mejorado en su vida como…?

Para terminar les haré una anécdota:

En la calle donde vivimos los visitantes de las otras familias siempre acostumbran a parquearse en nuestro frente, es como si nuestra casa tuviera un imán y los atrajera, ja, ja. La cosa es que siempre tenemos un tema con eso, comentando que si nos llega visita tendrán que irse a parquear más lejos, o saliendo a pedirles que por favor se parqueen mejor, porque incluso a veces hasta obstruyen la marquesina o la entrada peatonal de la casa, pues se suben en la acera a pesar de ser ancha la calle...

Pues bien, el otro día mi hija menor Emilia (digo menor por ser la última, ya tiene 30 años), cansada de esos inconvenientes me dijo lo siguiente:
 
“Mami esa yipeta que estaba en el frente toda la tarde, los vi cuando se parquearon, y no les importó que me los quedara mirando, los iba a insultar, pero pensé en el amor y no les dije nada”.




Les cuento esto para que nos revisemos, hagamos una pausa y pensemos en el amor antes de herir, o maltratar, ya sea con gestos groseros, palabras desagradables o agresión física. 

Sé que somos humanos y no siempre esto es posible, a veces actuamos como resortes, pero si lo pensamos bien y a sangre fría, nos daremos cuenta que ante nuestra actitud, pesa más la carga emocional que tengamos encima, que la misma causa externa. Si estamos alegres y relax, difícilmente nos lancemos sobre nadie para arremeter contra una acción indebida, lo haremos de manera pausada y con amabilidad…

Si cuando vamos conduciendo recibimos una imprudencia de tránsito, y bajamos el vidrio para insultar a esa persona, no lo estamos haciendo solo por esa razón, sino porque vamos saturados de problemas y emociones negativas, que ven esto como una válvula de escape para soltar un poco de tensión... 

Pero muchas veces, hacemos ese soltar de forma incorrecta y hasta injusta. Porque quizás esa persona que causa la imprudencia, va atribulada por algún gran problema de familia, de salud, financiero, o lo que sea que le distraiga, y no le permita estar atento en sus cinco sentidos, y al ser groseros aumentamos su canasta de problemas, alimentando el círculo del odio o la rabia interior, y hasta le damos idea para salir de todo de una sola vez…

A partir de hoy, antes que nada, pensemos en el AMOR, y de seguro que las respuestas a estas interrogantes serán satisfactorias y revelarán nuestra beneficiosa transformación.


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

6 comentarios:

  1. Harolina, una vez más nos dejas grandes cuestiones sobre las que reflexionar, grandes interrogantes que nos transportan en el tiempo para poder ver realmente nuestros cambios evolutivos en todos los sentidos. Personalmente he ido viendo con el tiempo cambios muy importantes en mi vida, pienso que la vida misma, las experiencias nos van transformando para mejor y eso influye en todo lo que nos rodea, tanto familia, amistades, el medio natural, etc. El enfoque y la forma de afrontar las situaciones es distinta cuando tomamos conciencia de que todos somos Amor, nos volvemos más empáticos, aunque como seres humanos, yo me pongo la primera, tenemos muchas cosas sobre las que trabajar. A veces, en las situaciones como la que explicas con tu hija nos dejamos llevar por la ira sin pensar en los posibles problemas por los que atraviesan las personas y si nuestro estado emocional no es bueno descargamos nuestra ira generando así una onda expansiva de conflictos.
    Sí, pensemos en el Amor que somos y que habita dentro de todos los seres.
    No quiero irme sin felicitarte por este hermoso cambio en tu blog. Es precioso, Harolina, me encanta la imagen que has seleccionado, mariposas como símbolo de transformación.
    Te dejo un abrazo inmenso que te acaricie el alma. Muy feliz fin de semana querida.

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    1. Hola Marina, muchas gracias por llegar y dejar tu impresión tan generosa e interesante.
      Como bien dices, la idea es el poder ver y reflexionar realmente sobre nuestros cambios evolutivos en todos los sentidos. Coincido en que la vida se encarga de transformarnos para mejor.

      Gracias también por lo que dices del blog, traté de renovarlo un poco, solo un poco, ya que para el cumple del blog no lo hice, como acostumbro. Y si, la imagen que usé en la entrada anterior me llamó la atención por lo de la transformación y porque encaja con eso de acercarse, compartir y fluir...

      Te dejo otro gran abrazo querida amiga, que tengas un agradable resto de la semana.



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  2. Una entrada muy completa y que desde luego hace recapacitar. He salido satisfecho conmigo mismo al ir respondiendo mentalmente en positivo a las cuestiones que has planteado. Y creo que nunca es tarde para mejorar o progresar en nuestro paso por la visa. Ser pacificadores, dejar nuestro legado y dar amor a los demás serían tres principios generales con los que me quedo al leer el texto.

    El tema de los conductores, los aparcamientos, las molestias ocasionadas por los vehículos y la mala educación al volante es totalmente loco. La gente se transforma en satanás cuando va conduciendo je, je.

    Yo he optado por viajar en Uber o por ir en el cochecito de San Fernando: una ratito a pie y otro caminando ja, ja, ja.

    Un cariñoso abrazo, Idalia.

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    1. Hey Miguel, qué bien por eso que me dices, me alegra que te hayas sentido así de satisfecho, y como dices, nunca es tarde para seguir mejorando.

      Tus elecciones como recaudo de lo expresado soy muy concretas y definitivamente valiosas para seguir logrando esa mejoría.

      Lo de que la gente se transforma en satanás al volante, al menos aquí es lo más común y lamentablemente hasta son comunes también las tragedias por esa forma alocada de conducir y de irrespetar las leyes. Te cuento que un señor alemán que vivió unos buenos años aquí, dijo que lo único que no le agradó del país, fue la manera de conducir como locos, ja, ja.

      Yo también uso mucho ese carrito de Don Fernando...

      Recibe mis afectos y un abrazo compartido con Maria.

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  3. ¡Hola, Harolina! Como bien dices muchos ataques de ira no son causa del hecho concreto frente al que saltamos, sino la consecuencia de una rabia que crece dentro de nosotros y que si no la cortamos siempre se nos escapará al exterior sin importar qué hecho concreto nos suceda.
    El listado de preguntas es directo, y hasta comprometido, me pregunto cuántas de ellas intentamos evitar en nuestro día a día y cuántas frustraciones nos evitaría el ser valientes para hacérnoslas y responderlas. Un abrazo!

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    1. ¡Hola David!

      Gracias por tan fluido comentario, extraes lo principal para resaltarlo mejor.

      Recibe otro abrazo y que pases bien el fin de semana.

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