Aunque no lo creas, es así, eres tu propio escultor, moldeaste ese embrión hasta plantarle toda la información y las características que te llevarían a hacer tu mejor versión de ti, pero debes creerlo y tomar acción para lograrlo.
Los pensamientos que produces, tus ideas y tu accionar son los responsables de todo lo que te ocurre a ti, y lo que ocurre a tu alrededor que te afecta de manera directa. Así que no hay excusas ni nada que justifique fuera de ti, tus fracasos y tus triunfos, todo se genera en ti, parte de ti, y depende de ti como se manifieste, de lo que hagas o dejes de hacer va todo lo demás.
Eres un hacedor, de ideas, de sueños, de realidades... En tu interior late la semilla que contiene toda la fuerza de la creación, y la transformación de la vida.
Vas al volante de tu vida, eres el auto y el conductor, pero también eres el pasajero que va descubriendo y disfrutando el paisaje, no olvides eso. Como tampoco debes olvidar que no transitas por una flamante autopista llena de señales, tampoco por una importante carretera que te lleva a un lugar determinado, más bien transitas por un ramal de caminos vecinales, sin asfalto, con hoyos y piedras, con pendientes de subida y bajada, sin ninguna señal o indicación, a veces poblado y otras veces desolado.
Presta siempre atención, las sorpresas te esperan, puedes dar con una hermosa pradera, o caerte por un barranco.
La vida no es horizontal, tampoco vertical, es ondulada, vibra y resuena, salta y se sumerge, tiene altas y bajas, purezas e impurezas, penas y alegrías, y en medio de ellas, todo puede suceder.
No tengas miedo de ser tu mismo, que dicho sea de paso, nunca te mantienes igual, por eso, enfrenta tus cambios, asimila tus nuevos aciertos, surfea tus olas internas y trata de mantener la calma interior.
La flor no es bella por ser flor ni por su olor, es bella porque es auténtica y así lo aceptas, así mismo para con la mayoría de las cosas que consideras bellas, basta con que también tú, te aceptes como tal cual eres, para que veas tu belleza y percibas tu agradable olor, los demás también lo harán.
Me pregunto
¿Si tienes el poder para crear, recrearte y reinventarte, por qué te quedas estancado, sufres, te minimizas y te autodestruyes?
La vida es una hermosa sinfonía de amor, y cada uno, es responsable de sintonizar y acoplar su melodía interior con la sinfonía de amor que le rodea.
Dependiendo de cómo resuene en ti, así vibrarás, si la percibes desafinada, es porque tu melodía interior está desafinada, si la percibes sin amor, es porque careces de amor en tu interior.
Aléjate de lo que te destruye, y aférrate a lo que te da vida y felicidad. Recréate, renuévate, y ponte en acción, de lo que das, recibes, en lo que creas, te convertirás, lo que pienses, se hará tu realidad.
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