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martes, 16 de octubre de 2018

Pisando el cielo

De seguro que todos o la mayoría siempre que hemos escuchado la frase “Tocar el cielo”, y lo entendemos como alcanzar lo inalcanzable, llegar hasta donde no creíamos llegar, como lo máximo que podemos hacer o sentir en la vida. 
Pero que tal si en lugar de tocar el cielo, lo pisamos, y todo lo vemos diferente, es decir, que cambie nuestra realidad.

Para ello debemos caminar de cabeza, me dirán algunos, y sin tomar en cuenta las distancias, sentir que lo pisamos, dirán completando la idea. 
Los mas sensatos dirán que deberíamos poner el mundo al revés, no nosotros.

Y ¿Acaso no es eso lo que venimos diciendo hace años? Que el mundo está al revés. Pues ya que lo afirmamos, entonces hagamos lo propio, en lugar de pisar el suelo, pisemos el cielo. Parados en las alturas, mirando hacia abajo, todo se ve diferente, hermosamente armonizado, apacible y mas cercano a como lo vemos parados en el suelo y mirando hacia arriba.

Lo voy a explicar de una manera muy sencilla, en lugar de explorar el universo y todas sus constelaciones y demás estrellas, exploremos la tierra y todo lo que tiene y nos ofrece, explorémonos a nosotros mismos, o sea, miremos hacia adentro (hacia lo que nos contiene), en lugar de mirar hacia afuera (hacia lo que queremos contener). Busquemos acercarnos en lugar de alejarnos, hagamos que este pequeño mundo funcione, respetémoslo y respetémonos, antes de ir a habitar a otros mundos lejanos.


Si somos un minúsculo punto en el vasto universo, ¿Porque no podemos vivir en armonía y paz? ¿Que nos impide dar y recibir amor, ser tal cual y aceptar a los demás como son? ¿A que se debe ese afán de controlar y manipular? Acaso es que nos han implantado el chip de la discordia y la ambición mucho antes de nacer, o lo que es peor, nos han minado de indiferencia y desamor, y no hay manera de revertirlo.

Espero con todo mi corazón que no sea así, que solo estemos atravesando por un revoltijo de emociones encontradas, por un agujero de gusano cargado con una sobre dosis de negatividad, o que estemos metidos en un agujero de esos que llaman negros, pero que son más visibles que la luz en medio de la oscuridad total, y que solo estemos ciegos por tantos destellos de dudas intermitentes que nos han sembrado.

¿Será o no será? ¿Debo o no debo? ¿Quiero o no quiero? ¿Hago o no hago? ¿Soy o no soy?... Deseo que dicho agujero en lugar de devorarnos, nos permita salir de allí renovados en cuerpo, mente y espíritu, dispuestos a atravesar un portal dimensional pleno de amor, y recomenzar con la humanidad, inocencia y humildad con la que venimos al mundo por vez primera.


Pisar el cielo significa besar la tierra, amarla, cuidarla y protegerla. Dejar de ansiar lo inalcanzable y asir lo que esta a la mano y nos brinda su favor. Nos enseñaron a adorar el cielo, y a creer que en el se encuentra todo lo bueno que podemos experimentar y alcanzar, pero resulta que esto solo lo podemos experimentar en la tierra, mirando en las entrañas del planeta, no del cielo, y mirando en nuestras entrañas, surfearlas y sentir su latir al unísono con todo. 

Debemos hurgar en el amor que somos, no en la complejidad de lo que aparentamos ser y no somos y muy probablemente, no seremos jamás.

Podría decir, que de un tiempo a esta parte ando pisando el cielo, y hasta ahora no entendí el por qué todos me sonríen, es muy sencillo, no me había percatado de que ando sonriéndole a todos, y estoy llena de gozo interior, feliz... 
Desde luego tengo mis momentos en que sufro esas interferencias y me quedo atrapada en ese agujero de desarmonía y camino pisando el suelo, pero cuando lo noto, viro el mundo y continuo en mi viaje por la vida, dando lo mejor que poseo y esperando estar sembrando vida feliz a mi alrededor y por donde piso. 


¿Desearías tumbarte en el cielo y mirar hacia arriba, al suelo, a la hermosa tierra, y sentir que es lo mejor que te ha sucedido, lo mas bello y reconfortante que podrías alcanzar? Que sus ríos y mares te bañaran cual lluvia fresca y que sus montañas y rocas formaran los mejores paisajes que ninguna nube fuera capaz de lograr, que sus infinitas arenas brillaran cual estrellas en el inmenso verdor, que...

Lo que sea que desees, lo puedes lograr, es solo cuestión de cambiar de perspectiva, ver la vida desde sus infinitas posibilidades, a sabiendas de que todas son factibles y maravillosas.


No dudes en voltear tu mundo y pisar el cielo, es mejor que seguir viéndolo de cabeza, o lo que es peor, dejar de verlo y sentirlo, aborrecerlo y no querer vivir en él.

I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

3 comentarios:

  1. Cada uno podrá llegar a dónde quiera o pueda, pero estereotipar los sueños solo trae desdicha y envidia. Deberíamos pisotear esos sueños que la presión del día a día quiere meternos entre ceja y ceja y empezar a vivir cada uno nuestra propia vida en armonía con las otras.
    Me gustó mucho esta reflexión, Harolina, gracias por incitarme a ella.
    Un saludo

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    Respuestas
    1. Pepe, las gracias son para ti, por pasarte y dejar tus huellas, aportando calor a esta entrada, que al igual que la mayoría de las del blog, se quedó huerfana de comentarios, al cerrar google+.

      Un placer tu visita y comentario.

      Buen fin de semana.

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    2. Pepe, las gracias son para ti, por pasarte y dejar tus huellas, aportando calor a esta entrada, que al igual que la mayoría de las del blog, se quedó huerfana de comentarios, al cerrar google+.

      Un placer tu visita y comentario.

      Buen fin de semana.

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