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viernes, 10 de noviembre de 2017

Brote de inconsciencia

Cada día que pasa, es para muchos como una cuenta regresiva a la espera de una gran explosión, que al igual que el famoso big bang, haga mil pedazos este hermoso planeta. En cambio para otros tantos, cada día que pasa, es una bendición, creen que al fin se ha tocado fondo y solo nos queda subir a la superficie y florecer. 
Para una minoría, cada día que pasa es el despertar o descubrimiento de algo que se mantuvo oculto a nuestros ojos y entendimiento, pero que por fin se nos hizo la luz…


Lo que más me intriga o me llama la atención de estos tiempos modernos, es el por qué después de habernos ocultado tantas cosas por años, ahora se esté haciendo todo lo contrario, existe un marcado interés de que estas cosas salgan a la luz y se divulguen como un virus, de revelar información que hasta hace muy poco, incluso se cometieron horrendos crímenes por mantenerlas ocultas. No creo que tenga que ver con que ahora disponemos de alta tecnología y eso, lo que se desea mantener oculto, sigue y seguirá manteniéndose oculto, ellos tienen los medios y el control para hacerlo por ahora, la venda, nos la han puesto y quitado a su antojo y conveniencia.

Hace años que se tenía esa alta tecnología a disposición de unos pocos, y de repente nos la lanzan como un gran descubrimiento al alcance de todos, para mantenernos ocupados y entretenidos con estos juegos de tecnología y de guerra, de sabotaje a la naturaleza (atribuyéndole la culpa del mal llamado “cambio climático” o “calentamiento global”), y un sin número de informaciones, y sobre todo, de desinformaciones, mientras ellos, de seguro se ocupan de cosas de mayor envergadura, quizás hasta de un maquiavélico genocidio masivo que desconocemos realmente y que podría estar a la vuelta de la esquina y para llevarlo a cabo, necesitaban que supiéramos manejarnos con dicha tecnología.

Lo que ahora nos puede preocupar y alertar, porque ellos se han propuesto que lo sepamos, hace tiempo que se tramó y ejecutó, no hay vuelta atrás, nos tomaron desprevenidos, ahora ellos necesitan distraernos para que no vayamos a estropear la fase final de su proyecto. ¿Cuál? Tal vez ni ellos saben a ciencia cierta el alcance y las consecuencias de ese final.  


Pero algo me devuelve la tranquilidad, y es que la naturaleza y los humanos somos sorprendentemente poderosos, sabios e intuitivos, y contamos con un complejo sistema de interconexión muy sofisticado, y con eficiente comunicación a través de la telepatía, de códigos genéticos y de líneas de transmisión de información mediante energía pura e inteligente, capaz de auto reprogramarse y desprogramar o mutar cualquier manipulación o desconfiguración indeseada, algo que al parecer ellos olvidan o no han tomado en cuenta. Si ellos nos manipulan y controlan, por el hecho de estar interconectados, tener acceso a toda información procesada y ser mayoría, nosotros también podemos tomar el control sobre ellos, y descodificar sus intenciones y bloquear sus instrucciones.


Creo que todo cae por su propio peso y termina hiriendo en lo más profundo a quien lo causó. A mi entender debemos estar atentos, alertas, despiertos y centrados, para saber descodificar sus perversas intenciones y filtrar las informaciones que pululan en nuestro derredor. Conspiraciones, guerras, hallazgos arqueológicos, declaraciones de: astronautas, científicos, médicos, gente de la Nasa, políticos y famosos…, y un sin fin de verdades y mentiras a medias, giran y sobrevuelan sobre nuestras cabezas para distraernos de la realidad, el murmullo es ensordecedor y nos aturde el intelecto. 

De alguna forma todos estos agentes transmisores, son entes manipulados y amaestrados, amenazados o comprados hace tiempo, ya sea consciente o inconscientemente, solo son carne de cañón al igual que la mayoría, que repiten lo que leen y oyen, propagando información pasada de moda, noticias de ayer que quieren hacer figurar como de actualidad, y que para nada van a cambiar la realidad. 
Lo que si la cambiara es un cambio interno, revertir las instrucciones, salirse del redil y afrontar con valentía las consecuencias.


Existe aún un alto grado de adormecimiento, un brote de inconsciencia generalizado, un virus letal que se propaga de boca en boca, de mano en mano, de red social en red social, de mente en mente, de pensamiento en pensamiento... 
Nos tienen a la mayoría revolcándonos sobre nuestra vil esclavitud, girando sobre los mismos temas, las mismas obsesiones y los mismos objetivos vanos, vacios, putrefactos y carentes de lo esencial, de amor.

Sin importar el grado o dosis de verdad o de mentira que arrastren esas pervertidas y nefastas informaciones y declaraciones, olvidémonos de sentimentalismos y sensacionalismos, enfrentemos el tren imparable de la autodestrucción. Todo esto al igual que en la película *"El Expreso del Miedo (Snowpiecer)"*, es un tren que solo se detendrá cuando trabajemos todos en comunión, junto con la naturaleza, cuando nos volvamos uno con ella, la respetemos y dejemos de violentarla, soltemos el excesivo consumismo y dejemos a un lado el ego, con su afán de riqueza y poder absoluto sobre los otros y todo lo demás. 

Para eso debemos volvernos a nuestros orígenes, reconectarnos con esa energía pura que nos pasa desapercibida, pero que circula a nuestro alrededor, y dejar de jugar a los dioses, o a lo que es peor, a los soldados y las victimas, que sienten que no tienen opción. 

Debemos dejar el morbo, y todas nuestras comodidades, que de alguna manera son las causantes numero uno de las incomodidades y abusos cometidos al planeta, y a todo su hábitat. Desde luego muy pocos quieren de verdad salvarlo, si a cambio deben renunciar a la vida que hoy nos damos y volver a andar a pie o en carreta, dejar el supuesto “progreso” alcanzado, y menos aun, dejar a un lado la tecnología, sus entretenidos y adictivos usos y todos sus derivados.


Reconozcamos que nuestra pasividad y permisividad, nuestro conformismo y falta de amor propio y al prójimo, nuestra enfermiza ambición y pérdida de consciencia, nuestro azaroso y despreciable ego, son entre otras cosas los causantes del crecimiento desmedido de un virus mortal, un brote de inconsciencia colectivo, del que nadie en realidad se desea despojar, porque no está dispuesto a pagar su libertad al precio que debemos pagarla.

Y como dice la frase de la famosa historia de Jesús:”El que esté libre de pecado, que lance la primera piedra”, y es que todos somos un poco Adán y un poco Eva, un poco Caín y un poco Abel, un poco David y otro poco Goliat, un poco Jesús y un poco Barrabas, un poco luz y otro poco oscuridad, un poco Tu y otro poco Yo, un poco “Nada” y un poco “Todo”... 

La vida no es más que un grandioso intercambio de vibraciones que se traducen en conocimiento y sabiduría y mientras más receptivos y perceptivos seamos, mas aprendemos y evolucionamos, porque “No somos uno en un millón, sino un millón, en uno”.

I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

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