Salió a relucir en mi vocabulario en un reciente comentario que hice en el blog de un amigo, y después de: “Solo sé que no sé nada”, la famosa frase de Sócrates (con cuya filosofía y mayéutica tanto me identifico), y que es mi favorita número uno, “Conócete a ti mismo”, ha sido otra de mis favoritas.
Si bien en mis años mozos y de inconsciencia total, usaba la frase como una especie de chanza o ironía, pues no creía posible que alguien no fuera capaz de conocerse a sí mismo, al entrar a la madurez de la vida y hacerme consciente de muchas cosas, me he dado cuenta personalmente del significado y la profundidad de la misma, de lo que implica conocerse a sí mismo.
Desde temprana edad queremos explorar, conocer, estudiar, saber, desarrollar nuestras habilidades, ser exitosos y conquistar el mundo, nuestro cercano mundo, tenerlo a nuestros pies, pero antes de todo eso, debemos tratar de saber “Para qué”, cual es la finalidad de toda esa ambición.
Para poder respondernos esa interrogante es necesario, imprescindible diría yo, conocerse a sí mismo.
Si en lugar de emplear la mayor parte del tiempo en llenar todas esas expectativas y banalidades, lo hiciéramos para identificarnos con nuestra realidad y el propósito de nuestra vida, para saber a ciencia cierta lo que guarda nuestro interior, de seguro que seriamos capaces de conocernos tal como somos, en esos años mozos.
Cuando venimos al mundo nos conocemos a la perfección, luego nos perdemos de vista por el cúmulo de instrucciones recibidas, según vamos creciendo y desarrollando el carácter, nos van domesticando, moldeando, cultivando, evangelizando, envenenando…, recibimos lamentablemente la misma clase de adoctrinamiento que acabó con la civilización y población indígena y con muchas otras civilizaciones más, y si no despertamos a tiempo, también con nosotros acabará.
No lo postergues mas, pon manos a la obra en esa importante e imprescindible labor de conocerte a ti mismo, así terminarás conociendo la verdad, y la verdad te hará libre.
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Otra curiosa coincidencia, Harolina. Hace años yo también creía que me conocía a mí misma totalmente y las frases en ese sentido estaban servidas hasta que con los años fui dándome cuenta de que eso no es así y aún ahora sigo afirmando que no me conozco del todo ya que siempre voy haciendo descubrimientos nuevos que nada tienen que ver con las instrucciones recibidas que tú muy bien apuntas. Cuando somos más jóvenes no pensamos en este tipo de cosas no nos hacemos planteamientos sobre lo que realmente somos, sobre lo que hay en nuestro interior es a medida que vamos creciendo y evolucionando mentalmente que lo hacemos también espiritualmente y todo se va modificando tanto por fuera como desde el interior.
ResponderBorrarMe ha encantado querida Harolina. Un abrazo enorme con todo mi agradecimiento.
Marina muchas gracias por esta visita y este sensible comentario que le regalas a esta entrada.
BorrarMe alegra que coincidamos en tantos aspectos, no es fortutita esa fuerza de atracción que existe entre las personas que por alguna razón tienen cosas muy puntuales e importantes en común, como en nuestro caso, el de Mila y algunas personas más con quienes nos hemos sentido identificadas.
Otro abrazo fuerte para ti y nuevamente gracias querida amiga.