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lunes, 27 de marzo de 2017

La satisfacción

Si hay algo que de verdad anhelamos es sentir satisfacción, por la vida que llevamos y lo que hacemos en el día a día. El sentir que acumulas en tu haber, al obtener un sin número de satisfacciones en el diario acontecer, es la mejor forma de llevar una vida plena y gozosa. 



El significado gramatical de esta palabra abarca muchas vertientes, pero en resumidas cuentas se trata de sentir un bienestar generalizado (mente cuerpo y espíritu), placer, tranquilidad y paz interior respecto a algo que se anhelaba y se obtiene, ya sea cuando se ha consumado un deseo o cubierto una necesidad. 

Existen diferentes grados de satisfacción, capaces de lograr que nos sintamos realizados y felices dependiendo del grado de necesidad o deseo que se sienta de obtener ese algo que anhelamos. 

Estar totalmente satisfechos seria el estado ideal del sentir del Ser respecto a este plano existencial. 
Estar altamente satisfechos es un estado de plenitud y gozo interior que nos ayuda al buen desenvolvimiento del diario vivir. 
Estar moderadamente satisfechos, es un nivel bastante aceptable de felicidad, ya que la moderación siempre será parte de la armonía y la satisfacción del equilibrio interior. 
Estar escasamente satisfechos, aunque en parte es de por sí un paso adelante, nos deja un halo de mediocre resignación temporal, lo importante es poder elevar ese grado. 
Estar insatisfechos es el peor estado del Ser, el que nos provoca apatía, depresión, angustia o sencillamente indigestión o desagrado por la vida que tenemos o por el cómo la estamos llevando, o mejor dicho, esa amarga sensación de que es ella quien nos lleva a nosotros en contra de nuestros más íntimos deseos.

Atendiendo a esta clasificación, sería recomendable hacer un alto en tu vida, estos días que se han denominado de cuaresma y que para muchos son propicios para reflexionar, quizás sean un buen pretexto para hurgar en tu interior y determinar cuál es el grado de satisfacción que te acompaña a estas alturas de tu vida, que tan a gusto y controlada llevas tu vida o si por el contrario, estas a disgusto y sientes que ella te controla a ti.

Dependiendo de lo que descubras, sabrás qué medidas tomar para realizar los cambios que consideres pertinentes para elevar el grado de satisfacción general de tu Ser. No le dejes nada al azar, ni a Dios o a los demás, esa tarea te corresponde solo a ti realizarla. 


La satisfacción empieza en el interior de la persona, de ahí fluye hacia el exterior y todas las cosas nos salen a pedir de boca. Si estás satisfecho contigo mismo, hay más probabilidades de que lo estés con todos y con todo lo demás. Déjate fluir y podrás constatar como fluye también la vida y todo lo que de ella se deriva. 



¿Qué tan prioritario es para ti satisfacer tus necesidades y deseos? De tu respuesta saldrá la fortaleza interior o la fuerza de voluntad apremiante para lograrlo y hacer de cada día una aventura maravillosa, sorprendente y grata, siempre y cuando sepas definirte como la entidad única y especial que eres, y le pongas ganas, fe, intención y sobre todo impregnes de mucha pasión todo lo que hagas, con el corazón y la vida puesto totalmente en ello.    

I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Esta entrada fue publicada en el periódico El Caribe:
http://www.elcaribe.com.do/2017/04/11/correo-los-lectores

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