La actitud es fundamental para
disfrutar el juego de la vida, de ti dependerá lo satisfactorio o lo aburrido y
tedioso que sea ese juego.
A veces suele ser horripilante lo que para
otros puede ser un gozo. Hace tiempo escribí la frase que se muestra en la
siguiente imagen, que hace eco a esta aparente contradicción, y que no es más
que una muestra de nuestra diversidad y de lo variables que somos al ejercer el
libre albedrio, donde la actitud lo es todo, es la que marca la gran diferencia.
La vida está en constante movimiento,
ya sea que lo provoques tú, que te dejes llevar del movimiento que provocan
otros, o que aunque aparentemente no te muevas, en realidad lo haces, pues no
puedes evitar que el continuo movimiento del planeta y de las cosas, ejerza una
especie de aceleración y movimiento en ti, sea como sea, eres responsable del
efecto que te produce ese movimiento, tienes o debes tener el control de
decidir cómo te afectará aún no lo hayas provocado tú, detrás de todo suceso se
esconde y se desprende una acción que siempre dependerá de ti, de un movimiento
anterior que hiciste adrede o del estado de inactividad aparente.
Un ejemplo de eso es cuando te subes a uno de esos famosos aparatos de los parques de diversión, puedes disfrutarlo, quedarte quieto y sentir calmadamente los altibajos y la sensación que producen en tu estómago o puedes entrar en pánico, gritar y vomitar hasta la hiel, el movimiento es el mismo para todos, pero cada cual decide cómo reacciona ante él, si lo acelera y disfruta alegre y vigorosamente, lo deja fluir pasiva y controladamente o si trata desesperada y vanamente de detenerlo.
De esa misma forma ocurre con todo lo que hacemos, cada cosa tiene un efecto que dependerá de nosotros vivirlo con alegría y aceptación gozosa, con pasividad o indiferencia, rumiando de amargura o con pánico y temor extremo, siempre es nuestra decisión y además responsabilidad, ya sea por causa directa o indirecta.
Todos los días amanece un nuevo día, con un sol radiante o no, pero sí dándonos nuevamente la oportunidad de resarcir aquello que dejamos pasar sin
disfrutar, el solo hecho de abrir los ojos y ver el nuevo día es ya todo un
espectáculo mayor que agradecer y disfrutar, sin importar si tienes planes
trazados o no para ese nuevo día, no permitas que se te pase sin notarlo, sin
disfrutarlo y bendecirlo, sin agradecerlo y vivirlo plena e intensamente.
Eres dueño y señor de tus días y tus
noches, de ti y solo de ti depende como los vivirás, al amanecer, están en
blanco esperando por ti, para que los pintes a tu gusto y medida, tú le pones
la diversión o el enojo, el día sigue siendo el mismo para todos.
Por muy caóticas que parezcan las
circunstancias, el sol nunca deja de brillar y alumbrar, a pesar de la noche,
la lluvia y el cielo gris, en alguna otra, parte el sol esta sonriente como
siempre.
Cada acontecimiento de la vida es un deleite del ser que nos regala la
naturaleza con su diversidad, pues sabe el tedio que nos produce la monotonía.
Vive alegremente cada día, quizás sea tu última aparición en este bello
escenario de la vida, permite que sea agradable, tanto para ti como para los
demás.
Esta entrada fue publicada en el periódico El Caribe:
http://www.elcaribe.com.do/2016/04/26/correo-los-lectores
Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.
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