Dicen que no hay
peor castigo que aplicar el látigo de la indiferencia, no darle importancia a
lo que te dicen o te hacen con fines de herirte. La indiferencia en ocasiones
es necesaria y justificada, en otras, es casi imperdonable, pero en ambos casos
es hiriente y muy efectiva para los fines deseados.
Este trabalenguas se me ocurrió hace un tiempo, a raíz de una frase
que leí en el cristal de una tienda, ya lo había compartido y hablado de esto
en una antigua entrada. Luego me topé con la frase en la web en la siguiente imagen.
Una de las cosas que más molestan a las personas es verse señaladas
por debajo de su propia valoración, se sienten heridas y menospreciadas,
denostadas, aunque entiendan que no tienen razón y aun sepan que están en lo
cierto los que las enjuician, no son capaces de admitirlo, y a veces tienden a
tomar cierta actitud en represalia.
Aplicar la ley del ojo por ojo y diente por diente, es algo que debemos tratar de evitar, pues
nunca se sabe a qué se debe esa actitud, ni la verdadera intención que hay
detrás, aun fueran injustas en su juicio o proceder, siempre debemos darle el
beneficio de la duda, así nos evitaríamos cualquier remordimiento futuro,
porque tal vez resulte que nuestra injusticia sea mayor.
Siendo la vida un pasaje de vuelta, lo mejor que podemos hacer es
disfrutarla y fluir con la alegría del momento, y si esta se va a descansar,
tratar de regresarla y traerla de vuelta de buen ánimo lo antes posible, nada
de esperar pacientemente a que la alegría regrese, hay que salir a su encuentro.
Si crees que puedes ser feliz lo serás, si cuentas con los demás
para serlo, difícilmente lo serás, si piensas que ser feliz es sonreír todo el
tiempo tu boca se convertirá en una mueca y tus ojos se secarán por falta de lágrimas.
La risa es la alegría del corazón y las lágrimas son la alegría del alma. Cuando
vamos en pos de algo, la satisfacción puede que nos la de alcanzar ese algo,
pero los mejores y más importantes momentos, recuerdos y vivencias, están en el
trayecto recorrido para tratar de alcanzarlo y este se compone de risas y
lagrimas.
No hagas eco de las
voces que te dicen que no puedes, las personas que constantemente se inmiscuyen
en las cosas de los demás, tienden a envejecer pronto, la envidia o la falta de
amor los corroe y los que se toman esa indiscreción de manera personal y no son
capaces de ser indiferentes a esa actitud, se dejan afectar el estado de animo
de manera avasallante, se desaniman y envejecen emocionalmente.
Por eso tómalo con
calma, no te tomes nada de manera personal y mantén el control de tu vida, aunque para esto tengas que pasar por indiferente.
Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.
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