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lunes, 23 de marzo de 2015

Gratificante experiencia

Comenté en la primera entrada del 2015, que pasar el año nuevo palpando un frio de invierno que no conocía, fue un generoso y hermoso regalo que recibí del universo y su creador. Al parecer, como dicen los jóvenes, este año se puso “pa’mi” y ayer, domingo 22 de este mes de marzo quiso obsequiarme una emocionante experiencia (tanto para el cuerpo como para el alma), la de volar en un parapente, fue algo espectacular, gratificante y divino a la vez. 



La seguridad que me invadió, sí leíste bien “seguridad” (confiada en ambos pilotos, Pancho el del parapente y Dios, el piloto de Pancho, el mío y el de todos), el gozo que sentí por la ligereza de equipaje (subí sin pensar en nada ni nadie, sin ninguna carga emocional, libre y dueña de mi) y la paz que experimenté allá arriba es casi tan inexplicable como indescriptible es la belleza del paisaje que observas desde las alturas. Entendí un poco mejor lo que la mayoría no comprendemos, ¿Porque Dios permite que sucedan tantas cosas malas?, pero es que desde lo alto se percibe un maravilloso conjunto, todo se ve quieto y hermoso y cualquier cosa resulta insignificante ante los ojos, así que de seguro es él quien no entiende y se pregunta ¿Por qué se quejan tanto y son infelices con tanta belleza a su alrededor?, y no le queda de otra que hacer lo que yo hice con la cámara para poder captar más de cerca la imagen, “hacer un gran zoom” o acercamiento, es cuando entonces se da cuenta de lo que sucede y nos auxilia. 


Pasé un excelente día compartiendo junto a mi hermana Milli y mi hija postiza Mariela, con mi hija menor Emilia y un grupo de jóvenes encantadores que tiene por amigos. Volamos en parapente, visitamos un restaurante acogedor, con buena comida y muy variada (donde por cierto tuve la dicha de encontrarme con mi querida amiga Marilin), y para terminar nuestro recorrido nos fuimos a dar un buen chapuzón en las refrescantes aguas del Salto Baiguate, un bello tesoro que se encuentra en Jarabacoa, pueblo de la región del cibao que está entre los mejores y más bellos lugares para el turismo de montaña de nuestro país.

En realidad no sé si el año se puso “pa’mi” o yo me he puesto “pa’él”, sea como sea, me lo estoy disfrutando de lleno y agradeciendo cada aventura que me ofrece, dispuesta a decirle “Sí” a la vida. El receso de la diversión ha sido demasiado largo, siento que he cumplido quizás no tan bien como debí, pero si tan bien como pude, con una etapa de mi vida de roles y responsabilidades familiares, indelegables a mi entender y que exigían mucho tiempo y dedicación, ahora si la vida me ofrece la oportunidad de realizar sueños postergados y divertirme sanamente, créanme que si está a mi alcance, o sea, sin perder la cordura y la sensatez y salirme de mis intereses, gustos y limitaciones, me encontrará muy dispuesta, con la misma disposición y agrado que siempre he tenido para realizar las tareas y obligaciones que he ido aceptando en cada etapa de mi vida con las decisiones que he tomado.

Gracias a todos los cómplices de mi gozo y un especial reconocimiento a los muchachos de “Hawk Paragliding School”, todos fueron muy amables, demostraron experiencia, buen trato y condescendencia, incluyendo camaradería y sociabilidad que ayuda al principiante a sentirse más confiado, “Felicitaciones a la empresa” por tomar en cuenta tantos detalles a la hora de entrenar su personal para realizar tan arriesgada aventura.     

Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

5 comentarios:

  1. Vaya, Harolina, qué experiencia tan excitante. A medida que he ido leyendo ha sido como volar en parapente contigo (cosa que nunca me he planteado jajaj). Sin duda una experiencia única y la dicha con la que lo cuentas es contagiosa. Nunca se puede decir de esta agua no beberé porque no sabemos con qué cantidad de sed nos podemos encontrar en el camino, así que no diré un no rotundo a pode vivir esa experiencia algún día.
    Las fotografías son espectaculares. Ha sido todo un placer venir a este maravilloso vuelo al que me trajo el enlace que dejaste en tu reciente publicación.
    Abrazos con todo mi cariño y continua disfrutando de estas experiencias únicas.

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  2. Marina, muchas gracias por venir hasta aquí y vivir conmigo esta maravillosa experiencia de vuelo.
    Si te atreves a hacerlo no lo pienses mucho, ahora bien si tienes pánico a elevarte asi y te da vértigo, no lo hagas, una se marea bastante, recuerdo que el piloto me pregunto si queria que hicieramos piruetas, para ponerle más adrenalina al asunto,le dije si, de todas formas ya estoy mareada, así que planeamos de cabeza y dimos muchas vueltas, fue genial. Me encantaría repetirlo.

    Lastima que perdiera los comentarios. Ahora tu engalanas esta entrada, gracias querida, te dejo otro fuerte abrazo.

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  3. Qué bonito... Qué sentimiento inefable trasmites en esta experiencia del vuelo... Una experiencia única. Me encantaría sentirla alguna vez... antes de morir, jaja, como se dice con las cosas Necesarias de vivir...
    Me alegra que aquel año fuera tan bueno para ti, aunque ha pasado tiempo... Al leerlo aquí parece se actualiza en cada lector.
    Besos Mil!

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  4. (Vi el vídeo también... jaja, con tu pequeño grito de sorpresa al lanzarte.. :)

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    Respuestas
    1. Maite, no imaginas lo excitante que fue, yo siempre he querido tirarme en paracaídas, a falta de ellos al recibir la invitación de mi hija Emilia y el grupo del Pico Duarte a los parapentes no me lo pensé, y fue tan emocionante que me gustaría repetirlo y durar más tiempo en vuelo, quién sabe tal vez se me de... Digo que de los deseos del corazón que siempre he tenido, me falta subirme a un helicóptero y hacer un pequeño recorrido, si es sobre el mar mejor. Además de esos que ya conoces que se han cumplido, el ir a las Cataratas del Niágara era uno de los más anhelados y fui en el 2016, así que si me subo al helicóptero me puedo ya morir en paz, ja, ja, y fijate que hay un helipuerto pequeño junto al mar bien cerca de mi casa, haré esa diligencia tan pronto pueda.

      Si diez años y medio de eso, el tiempo si que sabe volar como nadie. La emoción al despegarte del suelo hace que no te eximas de expresar tu júbilo y supongo que el grito se debió a eso, es que uno se vuelve niño en estos menesteres de cumplir sueños, asi me senti en las cataratas del Niágara, hice una mega entrada en el blog de ese viaje, te la comparto para que la veas, no tienes que dejarme comentario.
      https://pariendofelicidadautentica.blogspot.com/2016/08/sentirse-mimado-todo-un-privilegio.html
      De nuevo muchísimas gracias Maite por tu generosidad y compañía bloguera, muchos besos, aqui sigue lloviendo a cántaros.

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