Se dice que para
poder sobrevivir en este mundo actual, hay que estar loco o seguir la corriente
moderna, lo cual terminara volviéndote loco de todas formas. Por eso pienso que
es más efectivo hacerse el loco para no perder la cordura. Lo que se necesita
en realidad es estar totalmente cuerdo, con los pies bien firmes en la tierra y
la mente totalmente clara y equilibrada, para no aceptar ningún tipo de lavado
de cerebro, para no perder el sosiego y poder paliar la locura desenfrenada que
arropa a la sociedad, aunque esto implique que te tilden de loco, tal vez seas
de los pocos cuerdos que queden.
Para eso
recomiendo hacerse una túnica a la medida, hecha con retazos de cordura, donde
cada retazo represente una parte importante de sus vidas, la cual lleven bien
arraigada en su interior, ya sean conceptos filosóficos y principios morales,
afectos, amores, emociones y necesidades verdaderas en las diferentes etapas de
crecimiento espiritual, y sobre todo, bordando en cada uno de ellos, su razón
principal de ser (por si la memoria nos traiciona), depositando nuestra fe,
perseverancia y amor en cada retazo.
También debemos
conservar algunos retazos a mano, los más relevantes, para cuando nos asalte de
improviso la locura podamos enfrentarla sin temor y con sabiduría, aunque esto
implique hacerle creer que estamos de su lado y hacerse el loco momentáneamente
para poder conservar la cordura. Recuerden, solo momentáneamente, pues si lo
prolongamos, podemos correr el riesgo de contagiarnos y perder el juicio y la
sensatez.
Una pequeña dosis de locura no hace daño, siempre y cuando mantengamos la cordura.
Harolina Payano. Fluyendo armoniosamente.
Esta entrada fue publicada en el periodico El Caribe:
http://www.elcaribe.com.do/2015/05/23/correo-los-lectores
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