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jueves, 25 de julio de 2013

Marcando la diferencia

Aprovechando que nueva vez estamos en época de las graduaciones de bachillerato, quiero compartir con ustedes este fragmento del discurso preparado por una servidora, para decir las palabras de agradecimiento en representación de los padres  de los graduandos, con motivo de la graduación de bachiller de mi hija menor, de la promoción 2008-2009 del Colegio San Gabriel de la Dolorosa.


“¡Felicitaciones jóvenes graduandos!”

“Nosotros en representación de los padres de esta promoción, queremos ante todo dar las gracias a Dios por concedernos este honor. En segundo lugar, a ustedes, por haber puesto su empeño en alcanzar el logro de hoy, ser bachilleres, que es el primer peldaño de la gran escalera de triunfos que sabemos que les espera. Les exhortamos a ser buenos agricultores, que aprendan bien todas las técnicas de sembrar, regar y cuidar lo sembrado para que puedan recoger una buena cosecha a la hora de la siega. Tengan bien claro qué es lo que quieren recoger en el futuro, para que sepan qué tipo de semilla van a sembrar a partir de este momento.

Gracias a los profesores, por su dedicación y esfuerzo, reconociendo que está, más que una profesión es una vocación, al igual que el sacerdocio, ya que más que un trabajo es un servicio, una dádiva, la cual no hay precio que la pueda pagar. Sigan poniendo todo su amor y dedicación en estos jóvenes de hoy, porque ellos serán los que el día de mañana conducirán a nuestro país y al mundo por caminos de gloria y verdad, o por caminos de dolor y sombras. Padres y profesores, por cada joven que ayudemos a formar recibimos un bono de satisfacción, que si bien es cierto que no podemos comprar nada con él en el supermercado, no es menos cierto que nos da la alegría y felicidad que no se puede comprar con todo el oro del mundo. Gracias a todo el personal docente en general porque cado uno pone su grano de arena para que las cosas funcionen bien.

Las promociones han existido y existirán siempre que haya escuelas y colegios. Todos los años surgen contratiempos con las promociones, y cada año van de mal en peor. El problema no es ese. El problema es que no hemos sabido enfrentar los cambios como adultos y no hemos sabido o no hemos querido frenar a tiempo todas las locuras que hoy en día nuestros hijos y estudiantes quieren hacer, precisamente porque creemos que siendo permisivos y complacientes, estamos en parte compensando el tiempo que nuestro trabajo les roba. 
Retomemos las cosas, analicemos todos los puntos, modernicemos algunos y ajustemos los otros, pero no perdamos lo esencial, nuestros valores y el respeto a nosotros mismos y a nuestros semejantes, y sobre todo no lancemos a nuestros hijos y estudiantes al vacío, no llenemos al mundo de cabezas huecas y corazones heridos por falta de amor. 
Por cada promoción de un colegio, que derrocha una considerable suma de dinero en cosas superfluas, hay por lo menos 10 promociones de escuelas públicas que no tendrán ni siquiera una cena familiar para celebrarlo. No es que no celebremos, sino que debemos crear conciencia del mal uso que se le está dando cada vez más y más al dinero, más tarde veremos que esto solo va en perjuicio de nosotros mismos y de la sociedad en general, donde cada día lamentablemente se vive más para tener que para ser.

Adelante jóvenes, ya ustedes implementaron unos cambios, los reto a seguir haciéndolo, pero con un poco más de conciencia y madurez, enfocándose en la realidad de la vida y no cerrando los ojos y convirtiéndose en unos más del montón, que hacen siempre lo mismo que los otros por temor a ser señalados y desaprobados. 

¡Decídanse a marcar la diferencia en todos los aspectos de su vida! ¡Libérense de esta corriente moderna que les quiere imponer a toda costa que lo vulgar, insulso y repugnante son los valores a seguir!

El caballo blanco en la manada, sobresale, no por ser blanco, sino por ser diferente de la mayoría. Seamos originales y auténticos aunque sea alto el precio a pagar, al final seremos los únicos que estaremos en paz con Dios, con el hombre y con nosotros mismos”.


I. Harolina Payano T.

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1 comentario:

  1. Excelente mensaje, que no sólo nos insta a mantener nuestro ser auténtico sino que también nos recuerda, a los padres y maestros, nuestro rol como guia y orientadores de las generaciones mas jovenes.

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