Páginas

PAGINAS

Páginas

miércoles, 19 de mayo de 2021

Extraña reacción fóbica

Para mi participación final en este ciclo de microrrelatos que propone David Rubio Sánchez en su blog El Tintero de Oro, y que en esta ocasión es sobre cualquier tipo de fobias. He decidido construir un relato sobre una fobia muy particular y algo extraña a mi parecer: 
La gerascofobia: aversión a envejecer.
  



Extraña reacción fóbica    250 palabras

Le gustaba lucir hermosa, bien arreglada. Se esmeraba en ello, su apariencia era lo más importante. Deslumbrar era su mayor objetivo de vida. 

Era alegre, sociable, segura de si… Su vida transcurría con entusiasmo. A pesar de sus batallas se sentía atractiva y envidiada, su aspecto siempre llamaba la atención, dejaba a hombres y mujeres con cara de admiración. Se gozaba ese éxtasis.

No quería envejecer, usaba las mejores cremas, comía sano, ejercitaba y dormía lo necesario o más, confiada en que retardaria las primeras arrugas hasta cerca de los noventa.


Todo iba bien, pero un dia se vio al espejo, notó en su rostro la primera señal, se estrujó los ojos para corregir el error, se volvió a mirar y nada. Procedió a limpiar el espejo, segura de que ahora quedaría resuelto el equívoco. ¡No!

Se tapó la cara y echó a llorar, gritó en silencio y luego estalló en llantos, alaridos desconsolados, tenía 60 años y el espejo le decía que su apariencia iría cambiando poco a poco, o quizas mas rapido de lo que podia esperar.
 
Se miró desnuda, sintió cierto alivio, quedaba esplendor en sus carnes, pero las ropas siempre las ocultaban, así que de nuevo se volcó en llantos y se llenó de amargura.


Envejeció de pronto, perdió su risa y razón de vivir. Su mirada triste, perdida, el rictus de sus labios y su andar, la hacen parecer de ochenta con apenas 65. 

Aunque es por el motivo contrario, aun sigue llamando la atención... 



P.D. Llegado a este punto quiero hacerles una confesión, tengo una fobia, o algo muy parecido a eso, a un bicho en particular, escribí un microrrelato inicial sobre esto, pero como siempre coloco alguna imagen relacionada, el solo hecho de pensarla en mi blog, me hizo rechazar la idea, y escribí el que les acabo de compartir que me pareció una mejor opción.

Como una especie de catarsis les dejo el micro, desde luego sin imagen, ja, ja.

katsaridaphobia o blatofobia: aversión a las cucarachas.


Detestable recuerdo  249 palabras

A mi corta edad, presentía lo que estaba ocurriendo, toda la mañana sintiendo cosquillas en el hueco del pie izquierdo (el puente), una almohadilla suave se movía de a poco en mi pie. Estaba ansiosa por librarme del zapato, temía quitarmelo y me fuera encima, o se armara un revuelo en clases. 

Pasaron las horas, no me atreví a contarle a nadie y me aguanté hasta llegar a casa. Sin decirle por qué, pedí a mi hermano mayor que me quitara el zapato. Accedió y me subí al muro de la galería.
¡Zas! Ahí estaba, enorme, como una “guagua”, asquerosamente fea y grande, por suerte no era de las voladoras, pero tan repugnante o más. No tengo claro qué pasó después, tal vez me desmayé… 

Fue una de las primeras razones que recuerde crearon mi aversión a las cucarachas y por la que siempre reviso bien los zapatos. Les tenia asco, pero mi fobia vino de saberla tantas horas en mi pie y por otras desagradables experiencias más, que es mejor no contar ni recordar. 
Ellas me persiguen, pero en casa dicen que tengo un cucarachómetro para localizarlas y atraerlas. 
  
He sobrellevado ese miedo, y en parte lo he superado, ya trato de matarlas, sea lanzándole un zapato, con una escoba o con insecticida. A este bicho asqueroso y maloliente no lo puedo aceptar, y respetar su vida como la de una criatura maravillosa digna de admiración, siempre lo quiero fuera de mi vida y de la creación. 



P.D. Lamentablemente lo que cuento es verdad, acabo de desahogar mi katsaridaphobia o blatofobia. Aunque no entra de lleno en el rango de fobia, si que han causado estragos en mi vida esos insectos. Ya no me aterran como antes, pero prefiero no tener que verlas jamás.


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

viernes, 14 de mayo de 2021

Domingo vs. Lunes

Siempre se ha dicho que el domingo es un día algo aburrido y que es para la familia, o en algunos lugares, exclusivamente para el fútbol… Y que también es un día para lamentar la inevitable llegada del lunes. 


La dichosa pandemia cambió un poco estas tradiciones aquí, ahora el domingo es para ir de picnic al parque mirador o cualquier otro lugar, para ir un rato a la playa o para sencillamente salir a pasear, sea en familia o no. 
Con el alejamiento, el encierro y toque de queda, muchos se han hastiado de estar en familia, y el domingo es su mejor excusa para desligarse de ella.

Pero retomando nuestras costumbres antes de la pandemia, en República Dominicana, sobre todo en su ciudad capital, Santo Domingo de Guzmán, es un día más bien conservador, porque nos reponemos del sábado, un día de juergas y desacatos, de veraneos (playas) y tertulias nocturnas, y para muchos de desenfrenos, así que el domingo, nos reponemos de la resaca, del derroche de energías día anterior. 
Los religiosos van a sus iglesias, los que no, se levantan tarde y comen fuera, y el resto se la pasa en casa viendo televisión o jugando dominó en alguna esquina, como es costumbre en nuestros barrios.



El domingo siempre nos deja un sabor agrio, “No se puede inventar mucho porque mañana es lunes, el peor día de la semana, la vuelta al odioso trabajo”. 

Esto que acabo de escribir entre comillas y cursiva, es tan común escucharlo, que se ha convertido en un mantra de negatividad. Así que el sábado, es el día por excelencia para hacer de todo con agrado y alegría.

Aquí los domingos huelen a cansancio, a freno, a umbral de tedio y vuelta a empezar, y a reuniones familiares impuestas, a idas a la iglesia por compromiso social o fanatismo religioso, o ver aburridos programas de televisión con resúmenes semanales, más de lo mismo…, y los minutos y segundos pasan recordándonos que ya viene el lunes (el cuco), como nos decían de chicos, ja, ja.  
Por supuesto, esto es para los que no son adictos al celular y a las series que tanto ameman, que se divierten metidos en una cama, frente a una pantalla que les roba su actividad vital.

Al parecer, el lunes es tan tedioso que su aura se extiende hasta el día anterior y de alguna manera la tiñe de otro color, influyendo en el estado de ánimo. 
Por el solo hecho de saber que el lunes le seguirá al domingo, ya es más que suficiente para restar alegría en lo que sea que hagamos el domingo. 

OJO, pensamos más en lo venidero, que en lo presente, y esto amigos lectores, al menos en estos predios, es una cruel realidad. 



Nada como esa alegría cuando llega el viernes y sus horas van pasando, y entonces empieza el viernes social de tragos, reuniones familiares o de amigos, juergas y planes para el sábado... 
Eso si no se trabaja el sábado, claro, y aunque fuera así, el hecho de que el sábado solo se trabaja hasta medio día, hace que pese menos, desde luego, no todos tienen el privilegio de ese horario.

Bueno amigos, el punto al que quiero llegar es el siguiente: 

Ponernos a pensar en cómo el lunes afecta el estado de ánimo y nos apaga las luces del domingo, que debería ser el día de mayor alegría y gozo de toda la semana, y no por ir a la iglesia y con eso creer que nos estamos ganando el supuesto cielo… 
No, por el hecho de ser un día de toda libertad para pensar y actuar, sin ataduras laborales, estudiantiles, familiares, sociales o eclesiásticas…, por ser un día para movernos con entera libertad, satisfaciendo nuestros deseos íntimos y siendo genuinamente naturales, individuales e independientes.

Esa debería de ser la consigna de los domingos “Hacer lo que quiero hacer y nada más”. Lo que te gusta y satisface, lo que te llena de gozo interior.



¿Por qué? Pues porque lo mereces, porque has estado dando de ti a todos durante la semana, te has entregado al trabajo, a los estudios, a la familia, a los amigos, la comunidad… 
Y porque es más que justo, que de siete días que tiene la semana, y regalas seis a todo lo demás, te regales uno exclusivamente a ti, haciendo lo que tu alma y corazón deseen hacer, sin dejarte arrastrar por los deseos de los otros, siendo auténticamente genuino y sincero contigo mismo, dándote ese placentero gusto que solo tú puedes darte, porque nada produce más goce que el ser tú mismo y hacer lo que deseas.

Claro, me dirán que el trabajo y las responsabilidades del mismo, no permiten cumplir con los compromisos familiares, sociales, comunitarios, eclesiásticos y demás hierbas, y hay que sacrificar el domingo para llenar esos espacios. 

Pero precisamente ahí es donde quiero llegar, a borrar de los domingos las palabras 
compromiso y sacrificio”, que no estén presentes ese día, y que los domingos no nos sepan a obligación o complacencia de otros, sino más bien, que sepan a libertad y complacencia personal, sin que cree sentimientos de culpa, ni suene egoísta. Para nada lo es. 

Complacerse y mimarse una vez a la semana, es lo más cerca de la felicidad que podemos estar en este mundo tan caótico y acelerado en el que vivimos actualmente.

Pero hay algo más que les quiero comentar. 

Es sabido que todo depende de la actitud, no de las circunstancias, así que si le pones empeño a no permitir que el lunes te friegue los domingos, y merme tu ímpetu de hacer cosas excitantes o relajantes, hay una muy buena técnica para lograrlo, mantente únicamente viviendo el presente, un día a la vez.
 
“Nada vale más que el día de hoy”. (Goethe)


Si te cuesta demasiado conseguirlo, quizás te resulte más fácil pensar en los lunes como un día neutral, sin antecedentes que te carguen anticipadamente. 

Piensa en los lunes como el día que marcará las pautas para pasar una semana esplendorosamente gratificante, haz del lunes un día espectacular y toda tu semana será genial.

P.D. Aquí dejo un enlace para los que deseen curiosear sobre el origen de los días de la semana y el descanso del fin de semana.


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.

miércoles, 5 de mayo de 2021

Haz tu parte

Siempre se ha dicho que si cada uno cuida su entorno, se cuida a si mismo y a los demás. Y esta claro que todo lo que nos rodea nos afecta de manera directa, y tiene incidencia en el resto del mundo de forma indirecta. Así que si haces lo correcto (el bien) estás contribuyendo a mejorar el mundo, si por el contrario te comportas de forma indebida e irracional (te portas mal), estás destruyendo el mundo de a poco. 
 



No se si les ha pasado, pero hay días en que pienso que cada uno de nosotros con su accionar, tiene más cuotas dañinas de las que creemos tener. Me pongo a reflexionar sobre las muchas cosas que consciente o inconscientemente apoyamos con nuestros aplausos, o por el contrario, con nuestro silencio e indiferencia al dolor ajeno, y con nuestro egoísmo y el consumismo excesivo de cosas, que para lograrse (fabricarse u obtenerse), subyugan a muchos a manera de esclavitud, no de libre intercambio de trabajo remunerado, y llego a la triste conclusión de que, mayormente, somos más culpables que inocentes, algo que pocos quieren escuchar y asumir como cierto.

Un ejemplo es la ciencia. Muchos científicos son casi secuestrados (por decirlo así) para obtener “supuestos beneficios para la humanidad”. 
Otro ejemplo de menos importancia, “aparentemente”, pero no así menos relevante, es el arte. Específicamente en su vertiente de entretenimiento al público, como son el cine, los circos, los cantantes..., estos entre muchos otros, que son en su mayoría personas comun y corriente con talentos más desarrollados. Les venden un sueño y son sometidos a estresantes condiciones de trabajo exigente, y abusos de todo tipo, físico, psíquico y emocional, mayormente son manejados por un empresario o director que los exprime hasta dejarlos sin moral, sin vida y sin amor propio.

Si leemos las biografías, o vemos los videos (documentales, películas y entrevistas) de la vida de una gran mayoría de artistas, no escaparemos de cambiar nuestra admiración, por sentir lástima, dolor y hasta cierto sentimiento de culpa por haber alimentado indirectamente esas explotaciones humanas, ya sea por mera diversión, o por fanatismo adictivo, hay cierta inclinación por ver a los seres humanos desde una perspectiva idealizada o morbosa.

Lo mismo deberíamos de sentir por colaborar con otras explotaciones humanas que generan miles de millones a unos cuantos, y que gracias a nuestro consumo excesivo, y hasta cierto punto, nuestra indolencia y egoísmo, se siguen fomentando cada día con mayor crueldad.
 
Me dirán que todo avance requiere pérdidas, desapegos y cambios que generan sufrimientos. Que es normal que unos caigan para que otros se levanten sobre ellos, y si no caen, entonces los tumbamos...




Todas las revoluciones mundiales tienen un precio alto que hemos pagado como conglomerado humano, y el planeta, junto con nosotros, también lo ha sufrido en carne viva. Ahora esta revolución tecnológica nos costará más de lo que podemos pagar, así que la obsolescencia de la raza humana será nuestro destino o pago final, seremos desechados y borrados de la faz de la tierra, si es que esta sobrevive…

Bueno amigos, perdonen, al parecer no estoy en mi mejor momento, creo que he escuchado demasiadas historias tristes ultimamente, asi que para no seguir derrumbando ese edificio de optimismo que he tratado de construir durante varios años en este espacio virtual, aquí lo dejo.
Y para ponerle una sintonía de buenas vibras a esta entrega, les dejo unas cuantas frases de un destacado escritor, dramaturgo, humanista, filósofo, científico…, ministro y bibliotecario alemán, de nombre Johann Wolfgang Von Goethe. 

Espero que estas frases resuenen alto en el pensamiento, y de alguna manera, nos ayuden a salir de este atolladero, haciendo nuestra parte…


Frases de Johann Wolfgang Von Goethe. 

“Lo que no se empieza hoy, nunca se termina mañana”.

“Los perezosos siempre hablan de lo que piensan hacer, de lo que harán; los que de veras hacen algo, no tienen tiempo de hablar ni de lo que hacen”.

“Que cada uno barra delante de su propia puerta, y todo el mundo estará limpio”.

“Sea lo que sea que puedas o sueñes que puedas, comiénzalo. El atrevimiento posee genio, poder y magia. Comiénzalo ahora”.


“El único hombre que no se equivoca es el que nunca hace nada”.

“Un gran sacrificio resulta fácil; los que resultan difíciles son los continuos pequeños sacrificios”.

"Los pecados escriben la historia, el bien es silencioso".

"El hombre se cree siempre ser más de lo que es, y se estima menos de lo que vale".

"Todas las cosas son solo transitorias".

"Debemos renunciar a nuestra existencia para existir verdaderamente".



Esta última frase parece un déjà vu, o videncia de Goethe, y enfatiza el final de mi reflexión, donde digo que, “seremos desechados y borrados de la faz de la tierra”.


I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente. 

Esta entrada fue publicada en el periódico El Caribe:
https://www.elcaribe.com.do/opiniones/correo-de-los-lectores/haz-tu-parte/

Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.