Amables lectores, empezare esta reflexión planteándoles la siguiente interrogante:
¿Cuál de estas tres consideran es la opción correcta?
1. Pasar por la vida sin saber que pasaste.
2. Vivir la vida de manera que esta te arrolle y te desgaste.
3. O aprovechar y disfrutar lo que llega, con determinación y autenticidad, confiando y creyendo en tu intuición y tu sentido de libertad.
A primera vista, parecería que entre estas tres hay una respuesta correcta y dos erróneas, pero yo diría que ninguna lo es, las tres son correctas, todo va a depender del propósito de vida que traigas arraigado en tu alma y en tus genes.
Cada cual posee habilidades y dones que le llevan a cumplir su propósito y a colaborar con el propósito colectivo de la humanidad, y es muy probable que para que este último se cumpla, sea necesario que cada una de estas opciones tenga participantes activos que se identifiquen con ella. Es por eso que han surgido...
Los apáticos, esos que todo le da lo mismo y la vida se les va sin darse cuenta, sin sentirla; estos se decantan por la primera opción.
Los intrépidos, esos que se quieren llevar el mundo por delante porque desean vivir al máximo y con prisas, la vida se les va al vuelo, pero la han sentido a quemarropa, a puro pulmón; estos se deciden por la segunda opción.
Y los prudentes, esos que todo lo saborean con atención pero con cuidado, centrados y buscando el equilibrio en todo lo que hacen, poniendo énfasis en su sabia mansedumbre; estos son los que prefieren la tercera opción.
La gran mayoría esta entre estos términos, se mantiene bailando entre una opción y otra, no definen con claridad su propósito y mucho menos su posición, pero cuentan y son los mas, como dice una vieja canción del grupo puertorriqueño “Haciendo punto en otro son”, *Aunque tu no sepas que estas viviendo, se te esta sirviendo y estás comiendo...*
Como sabemos y dice el dicho, “Hay de todo en la viña del Señor”, es por eso que no hay respuestas incorrectas en la interrogante inicial que muestra estas tres opciones, todas estas vertientes son validas y necesarias, son parte importante e imprescindible de la evolución, y forman la diversidad, el collage de la vida y la humanidad, al menos en este planeta y este plano tridimensional.
Si nos fijamos bien, todo el que ha hecho algo grande en la vida, o algo valioso de su vida y saltó el muro de la mediocridad, o caminó la milla extra, o se salió del redil, o sea, rompió los esquemas y ha traspasado los límites fijados como patrones de la conducta social establecida como normal.
Todos y cada uno de ellos han tenido ese propósito muy claro o se han esforzado más de lo habitual por tenerlo claro y lo han conseguido, y estas tres opciones muestran ese punto de inflexibilidad en el rol de esos humanos; o fueron muy apáticos, o fueron muy intensos (aunque se vea contradictorio), o por otro lado fueron muy cuidadosos y perseverantes en sus ideas.
Nombrar personas que han hecho esto sería una pérdida de tiempo, primero porque sabemos que existen y existieron, y segundo porque hay mas nombres de los que podemos retener, y además un gran numero se queda en el anonimato, sin siquiera ser reconocida su genialidad.
Pero estoy segura de que en todas esas personas, el móvil no era precisamente ser recordadas por toda la eternidad o hacerse famosos, sino mas bien seguir el dictado de su guía interior y hacer lo que en su fuero interno sabían que tenían que hacer, sin fanfarrias ni alfombras rojas, simplemente haciendo uso de su intuición, cultivando sus dones y desarrollando sus talentos para generar un bien colectivo.
Pero más que todo, fueron perseverantes y pacientes en su identificación, teniendo fe en ellos y sus inspiraciones divinas (aunque muchos crean que no fueron tan divinas), y sabiendo que eran capaces de lograr lo que se proponían gracias a un empuje o poder a su servicio, incluso superior a sus fuerzas y conocimientos, pero dentro de sus propias convicciones.
Nada es fortuito y nada es lo que parece ser, todo es una ilusión, pues segundos antes de divisarlo, ya habrá cambiado y habrá sufrido una ligera alteración de su infinita y efímera realidad.
El presente no es más que un bello instante, fugaz y estático a la vez, pero que se pierde rápidamente en el pasado y se disuelve en un futuro que siempre se aproxima, pero nunca acaba de llegar, pues en el instante en que llega deja de ser futuro para convertirse en presente.
Termino dejándoles la siguiente exhortación...
¡Vivan con autenticidad su vida!
Oren con fe, trabajen con entusiasmo y perseverancia, vivan con alegría y gozo interior, y que permanezca el amor y la paz en cada instante de sus vidas.
I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente.
Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.
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viernes, 20 de abril de 2018
miércoles, 4 de abril de 2018
Causas y efectos
La vida nos deja ver claro que todo su transcurrir no es más que un círculo vicioso de causas y efectos. Todo tiene un origen, un por que, y de eso se deriva cada paso que damos, cada decisión y elección, cada encuentro y emoción tienen su causa, y cada causa que nos impulsa a seguir avanzando tiene sus efectos, que serán las causas de todo lo que le sigue. Es como una especie de trabalenguas, causa y efecto / Efecto y causa. Si algo me empuja a hacer esto (causa), ese hacer esto tiene un efecto, del que más adelante se deriva mi próxima causa o se convierte en ella.
Hay efectos múltiples que son consecuencia de una misma causa, o sea, que una sola causa los origina, pero también hay efectos que son la suma de varias causas que actúan en cadena, una tras la otra, pero que si se miran bien se originan de una misma causa, podríamos considerarla como una causa compuesta o fragmentada.
En definitiva causa y efecto, no es más que un juego de intercambio, de opciones, elecciones y consecuencias que se derivan unas de otras y tienen un mismo origen o común denominador, y que generan todo un abanico de acciones y resultados, para al final retornarnos al punto inicial con mas experiencia y sabiduría, para saber elegir con mas claridad y acierto la ruta que nos llevara a la feliz consecución de nuestro propósito de vida.
Generalmente los efectos nos caen de sorpresa y tratamos de contrarrestarlos sin poner atención a las causas. Cuando no podemos obtener los resultados deseados del contraataque, es que reparamos en las causas que trajeron a colación esos efectos, cuando debería de ser lo contrario, reparar primero en las causas de nuestro accionar y estudiar con atención los posibles efectos para que estos no nos sorprendan infraganti y de mala manera, podamos encausarnos mejor, y estemos preparados para hacerles frente a los efectos o consecuencias no deseadas.
Muchas veces culpamos a esta o aquella persona de nuestro sufrimiento o padecimiento, pero si nos detuviéramos y buscáramos bien a fondo, y fuéramos lo suficientemente honestos, veríamos que somos nosotros los únicos causantes de lo que nos acontece, ya que todo se debe a nuestras elecciones, y actitudes frente a los acontecimientos, y a las demandas que hacemos paso a paso en cada etapa de la vida.
Cada paso que damos tiene una motivación para hacerlo, ya que sin ella no iríamos a ningún lado, nos quedaríamos por siempre en la cuna, a que nos cuiden y lo hagan todo para nosotros. Incluso si no nos atreviéramos a gatear y luego caminar, tal vez ni llegáramos a crecer mucho, los músculos se atrofian por desuso. Así que algo, además de los padres o tutores, nos empuja a hacerlo y crecer, a hacer las cosas por nosotros mismos, a ser parte activa del juego de causas y efectos; que independientemente de que nos movamos o no, continúa existiendo.
Si no te mueves te atrofias, si no aprendes te niegas el éxito de ser Tu, si no comes te debilitas y mueres..., todo sigue siendo causa y efecto, un juego que aparentemente no tiene principio, ni fin.
Naces y mueres / Mueres y renaces, es el juego del nunca acabar, el circulo vicioso de la causa y el efecto de la vida y del vivir, que de seguro se apoya en tus aspiraciones y ambiciones, en tu “Estar” y dejarte sentir.
I. Harolina Payano T. Fluyendo armoniosamente.
Esta entrada fue publicada en el periódico El Caribe:
http://www.elcaribe.com.do/2018/06/09/causas-y-efectos/
Pedimos excusas si alguna imagen usada tiene derecho de autor, al avisarnos la retiraremos.
Hay efectos múltiples que son consecuencia de una misma causa, o sea, que una sola causa los origina, pero también hay efectos que son la suma de varias causas que actúan en cadena, una tras la otra, pero que si se miran bien se originan de una misma causa, podríamos considerarla como una causa compuesta o fragmentada.
En definitiva causa y efecto, no es más que un juego de intercambio, de opciones, elecciones y consecuencias que se derivan unas de otras y tienen un mismo origen o común denominador, y que generan todo un abanico de acciones y resultados, para al final retornarnos al punto inicial con mas experiencia y sabiduría, para saber elegir con mas claridad y acierto la ruta que nos llevara a la feliz consecución de nuestro propósito de vida.
Generalmente los efectos nos caen de sorpresa y tratamos de contrarrestarlos sin poner atención a las causas. Cuando no podemos obtener los resultados deseados del contraataque, es que reparamos en las causas que trajeron a colación esos efectos, cuando debería de ser lo contrario, reparar primero en las causas de nuestro accionar y estudiar con atención los posibles efectos para que estos no nos sorprendan infraganti y de mala manera, podamos encausarnos mejor, y estemos preparados para hacerles frente a los efectos o consecuencias no deseadas.
Muchas veces culpamos a esta o aquella persona de nuestro sufrimiento o padecimiento, pero si nos detuviéramos y buscáramos bien a fondo, y fuéramos lo suficientemente honestos, veríamos que somos nosotros los únicos causantes de lo que nos acontece, ya que todo se debe a nuestras elecciones, y actitudes frente a los acontecimientos, y a las demandas que hacemos paso a paso en cada etapa de la vida.
Cada paso que damos tiene una motivación para hacerlo, ya que sin ella no iríamos a ningún lado, nos quedaríamos por siempre en la cuna, a que nos cuiden y lo hagan todo para nosotros. Incluso si no nos atreviéramos a gatear y luego caminar, tal vez ni llegáramos a crecer mucho, los músculos se atrofian por desuso. Así que algo, además de los padres o tutores, nos empuja a hacerlo y crecer, a hacer las cosas por nosotros mismos, a ser parte activa del juego de causas y efectos; que independientemente de que nos movamos o no, continúa existiendo.
Si no te mueves te atrofias, si no aprendes te niegas el éxito de ser Tu, si no comes te debilitas y mueres..., todo sigue siendo causa y efecto, un juego que aparentemente no tiene principio, ni fin.
Naces y mueres / Mueres y renaces, es el juego del nunca acabar, el circulo vicioso de la causa y el efecto de la vida y del vivir, que de seguro se apoya en tus aspiraciones y ambiciones, en tu “Estar” y dejarte sentir.
Esta entrada fue publicada en el periódico El Caribe:
http://www.elcaribe.com.do/2018/06/09/causas-y-efectos/
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